Capítulo I- ¡Que comience la función!

(ok, creo que estaban en medio del lemon -w-)

-Hah...Uummm...- Phu sólo dejaba salir sonidos guturales y gemidos, no tenía mente para nada más.
Sus cadeas se movían frenéticamente, pues su mente no conocía el ritmo, la lentitud, la paciencia... Sólo sabía que debía sentirse bien y llegar a su climax, como lo habñia hecho el hijo de su antiguo dueño.
Se encargaba también de morder el cuello del otro, mientras sus garras rasguñaban la piel de su payasito, probablemente dejandole marcas.
-Ti....Tighel....- Dijo su nombre casi perfectamente, en su voz rasposa.

Lentamente, mediante un esfuerzo, Tighel pudo lograr que su cuerpo dormido sintiera.
Primero el ritmo, luego una presión... finalmente vino el placer, que lo hizo estremecer por primera vez desde no sabía cuando, y con el placer un leve dolor en la espalda y en la cadera. Pero le gustaba.
A medida que prosiguieron sus sensaciones se intensificaron, y Tighel trató por todos los medios de grabarlas en su memoria para poder revivirlas cuando le hicieran falta. Apoyó las manos en la pared que tenía más cercana, sintiendo su contacto frío, mientras soltaba un leve gemido que acalló en las mantas extendidas en el suelo. La prisión de hierro de repente se sentía más caliente, como si un vapor se generara dentro de ella. Sintió las garras de Phutric ir por su espalda, produciendo dolor y ansias de más. De una manera un tanto frenética, descontrolada, desordenada. Sintiendo completamente.

A la mente racional de Tighel se le ocurrió que, tal vez, la única manera que tenía de sentir era esa. Aparte de ese sentimiento de placer y necesidad que tenía ahora, sólo recordaba preocupación por sus deberes y admiración hacia Arda. Y un algo... un cariño deslucido, transparente pero presente, hacia Phu.
Ahora que lo había descubierto, se ocuparía de seguir tan deliciosa actividad... O al menos repetirla. Con la mayor frecuencia posible. Las sensaciones eran una droga, se arraigaban en uno y el cuerpo siempre pedía más, aunque la mente se mantuviera aparte.

(ya ya terminemos XD Quiero seguir con esta historia -w-)


-Unnff...Haahh...- Su piel ahora estaba perlada en sudor y no se podía concentrar lo suficiente como para recordar como había terminado aquel muchacho y su pareja. Tendría que guiarse por su instinto y la presión extraña que sentía.
Tomó la pierna del otro, levantandola un poco más, dio dos estocadas y llegó a su climax gloriosamente.
-Hahh...Hah..- No sabía si su payaso había sentido lo mismo, pero luego se encargaría de preguntarle...O de hacerselo sentir. Aquella cosa que había experimentado era mejor que dormir...hasta mejor que comer! Lo haría de nuevo si pudiera...y eso era exactamente lo que planeaba.

Se salió de Tighel, con una sonrisa macabra, lo puso contra el piso de metal y se lanzó sobre él, comenzando sus lamidas y mordiscos nuevamente.


(Si quieres haz un time skip -w-)

(yes, TAIMU SKIPPU TECHNIQUE!!!!)

*un nuevo día se levanta*

La luz acarició cálida la hierba del bosque. El rocío brillaba acumulándose sobre las carpas, aún temblando movido por el viento de lo temprano que era. El circo se encontraba dormido y desierto, preparándose para otro día de trabajo y actividad.
En medio del delicioso silencio mañanero, Arda se levantó estirándose y rápidamente se colocó su máscara de mañana. Blanca, simple y de yeso. Muy fresca!
Sonrió al mundo porque venía otro maravilloso día de ganancias y se dirigió a vestirse, ignorando los cuerpos muertos que se apilaban en el suelo de su carromato. No los veía, y no los sentía. La fresca sangre que cubría sus mantas era transparente para él.

Sacó algunos ingredientes de su despensa y se dispuso a prepararse un buen desayuno antes que todos, porque el maestro de ceremonias debía ser más atento y despierto que los demás. Además ese era un día doblemente especial! Le daría a su nuevo talento de circo, Malice, su primera lección de teatro. La sola idea lo llenaba de emoción.

Malice, apenas sintió el sonido de las pocas aves alrededor, abrió los ojos y sonrió. Hasta soltó una risita, porque sabía que el día que venía sería emocionante. Y no era para menos, si lo pasaría con el amor de su vida, Arda!
Se sentó en la cama y, mirando a ambos lados, sacó su tesoro de la funda de la almohada. Miró con atención aquella máscara y la besó varias veces con pasión.
-No te defraudaré~- Le dijo animado, para guardarla de nuevo. Se puso de pie y fue a las regaderas comunes a bañarse y quitarse los restos de sangre y tierra de ayer. Pronto se reunió en los comedores con los pocos actores del circo que todavía podían caminar hacia esa estancia y comió rápidamente lo que sea que había en ese plato sucio. Era algo gris y con grumos, y sabía bastante extraño, pero no le importó. Comió con una sonrisa.
-Hmm...donde estará mi amigo el silencioso...?- Se preguntó, echandose un bocado de aquella masa gris en la boca.

Meanwhile~ En la jaula de Phu, habia un total silencio. El canival se despertaba y se volvía a dormir, mucho más cómodo ahora que sus extremidades estaban libres. -Waaannn...- Que buena noche habia tenido!

-Buenos días, mundo!!!!- saludó con una exclamación Arda, saltando fuera de su carromato hacia su amado trabajo. Pasó de buen humor al lado de sus compañeros, saludándolos a todos y separando a las siamesas para que dejaran de pelear.
Entró a los comedores casi saltando, notando sin sorpresa que los demás dejaban de comer al verlo. Le dedicó una sonrisa especial a Malice, al que notó sentado por ahí, y se aclaró la garganta.
-Mis queridos y maravillosos hermanos, hoy es un día maravilloso. Además de que puedo sentir que tendremos un número interesante de visitantes, creo que hoy también hará sol.- Para Arda todos los días eran soleados.
-Oh, Malice, necesito que vengas conmigo apenas termines de comer- le dijo, cruzándose de brazos en la puerta. Los demás del circo se miraron, preguntándose para qué sería, pero sin decir palabra. Total no era su problema.

***

Tighel no se despertaba con nada. Porque en su sueño seguía reviviendo lo que había vivido con su Phu, aquella noche. Buscó a su caníbal a un ladito y lo abrazó, pero al moverse un rayo de luz le dio de lleno en la cara y lo despertó.
Bostezó al levantarse y se desperezó, percatándose de que no tenía ropa y que estaba tapado con una manta en el suelo de la jaula de Phutric. Alarmado por la hora que podía ser, se levantó y empezó a vestirse como podía.

-Se me hace tarde....- le explicó a Phu, cogiendo del suelo la aguja e hilo para coserse los labios de una vez. -Tengo que limpiar para la próxima función... Dime, te sientes mejor?-

Malice siguiói perdido en su mundo de sabores extraños y colores opacos, cuando de repente una luz y presencia maravillosa entraron al comedor, dejando a todos ciegos con tal magnificencia...o así veía Malice a su Arda.
Este, antes de hablar, le dirigió una sonrisa al joven. Y éste no pudo disimular un cierto sonrojo y una sonrisa algo tímida que le dio como respuesta. Malice no le puso mucha anteción a lo que decía, ya que estaba muy ocupado suspirando por él e imaginandose los dos abrazados y mirando el atardecer.
Pero salió de su burbuja al oir salir su nombre de los divinos labios de su jefe. -Ah! Si señor! E-e-enseguida!- Le respondió nervioso, tomando su plato y atragantandose con lo que quedaba.
"Por fin! Llegó el día! El día en que me acercaré más a él!" Pensó, dejándo los platos en la mesa. Quien los recogía y quien cocinaba, eso Malice no lo sabía.
Se puso de pie y corrió hacía donde estaba su jefe.

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Phu comenzó a despertarse nuevamente, estirando sus brazos y piernas y mirando al payaso apurarse por nada. No importaba llegar tarde de vez en cuando, cierto?
-Waarr waan~- "Mucho mejor, gracias~" Le respondió, de hecho sintiendose como nuevo.
Al ver que el otro ya se iba, gateó hacia él y lo tomó de una mano. -Gaahh waar waann...- "Eres mio, me perteneces..." Le dijo calmadamente, mirandolo serio.

El maestro de ceremonias sonrió y le palmeó la cabeza afectuosamente a su nuevo pupilo. Lo guió entre las carpas, haciendo girar un manojo de llaves en la mano, y finalmente se detuvo en un claro amplio y tranquilo del bosque.
-Todo está en la presentación, Malice, en la primera impresión- comenzó sus lecciones, paseándose por el lugar. -Entre nuestro querido público siempre habrán caras nuevas que te vean por primera vez, es nuestro deber dejar una perfecta impresión como huella indeleble en sus almas! Ahora, tu acto está cargado de una fuerte dignidad... Como vamos a mostrarle al mundo que tienes el absoluto control de tus sensaciones y funciones corporales, necesitas principalmente una buena postura. Erguida! Como la mía!-
Arda aprovechó el momento para estirarse, pues aún le quedaba algo de modorra de la mañana. Ah, qué día delicioso... Y productivo! Y lleno de hermosas posibilidades comerciales!

***

Mira qué cosas se le ocurrían a Phutric, y justo en ese momento que Tighel iba tan tarde. El payaso se giró de nuevo hacia su caníbal, desordenándole un poco el cabello con una mano. Así se veía mejor.
-Está bien, soy tuyo.- Pero en qué estaba pensando? Casi había dejado a Phu así suelto sin más. Guardándose aguja e hilo en un bolsillo, Tighel empezó a vestir nuevamente al otro... Sólo para detenerse antes de aplicarle las correas.
Lo miró por unos instantes, considerando algo muy difícil.

-Phu, crees que puedo dejarte sin atar? No vas a escaparte? De todas maneras tengo que cerrar la puerta, pero ya no te pondré las cadenas...- Tighel no sabía si era buena idea o no, pero valía un intento.

Malice observó con atención a su jefe, tratando de concentrarse en lo que le enseñaba y no en su largo cabello...o finos labios que hablaban con entusiasmo.
-Hmm? Como puedo hacer eso? Es decir... Verá, es verdad que no siento ningún dolor y me regenero rápidamente, pero a veces mi cuerpo...aamm... no se regenera como se supone.- No sabía bien como explicarlo, comenzando porque tampoco era algo importante. -Termino teniendo formas extrañas, porque, por ejemplo, si me rompo una mano y está en un ángulo gracioso, la mano se regenera asi...algunas veces... También, es como si mi cuerpo sintiera dolor pero mi mente no...porque hay ocaciones en que me desmayo si las heridas son muchas. Jeje, supongo que no es nada grave, cierto?- Rió, sintiendo que sería una mañana interesante.

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Phu hizo pucheros al escuchar la respuesta del otro. Como haría para que lo tomara enserio?
En fin, suspiró y se quedó quietecito, esperando sentir el material duro y cruel de su camisa de fuerza, en compañía con las pesadas cadenas. Pero al no llegar el momento, Phu miró confuso a su payaso.

-Waan!! Waan!!- "Si! Si! No te preocupes!!" Dijo, abrazandolo por la cintura como agradecimiento.

-No, no es nada grave!! Pero ya veo que tendré que enseñarte a caer bien, para evitar esas situaciones extrañas... No es estético. No quedaría bien con nuestro público- razonó Arda, dejando de estirarse y poniendo de lado el saco y el chaleco. En camisa era más fácil.
-Ahora ven, tenemos que trabajar en esa postura tuya! Tss...- Atrajo a Malice hacia sí, irguiéndolo con una mano y poniendo un dedo en donde debería estar su eje central, sobre su cabeza.
-Imagina que tienes una estaca atravesándote de arriba abajo para mantenerte en pie. Tenla siempre presente, es la mejor manera de guardar postura!!-

***

Tighel sonrió al ver lo dispuesto que estaba Phu, y tras darle un beso en la frente salió cerrando con llave la puerta de hierro. Con prisas se cosió los labios, no debía estar fuera sin las costuras, y enfiló hacia su trabajo de cada mañana.

Malice sintió a su jefe más cerca, asi que aprovechó cada momento para sentir su calor.
-Umm...Ah? Que? Ah, si, la estaca...- No se podía concentrar bien, pero siempre le captaba las ideas.
Se irguió más, de hecho imaginandose una estaca gigante atravezando su pequeño cuerpo y obligandolo a pararse derecho, justo como siempre le había dicho su mamá.
-Así? Y como hago para no ponerme nervioso?~ No como usted, que es increíble en el escenario! Tan elegante, tan espectacular, tan guapo~- Le dijo en un tono algo juguetón y algo nervioso al mismo tiempo. Nunca había estado tan cerca de alguien como para coquetear. Era divertido.

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El canival miró la puerta cerrarse, desvaneciendo su alegre sonrisa y dejando un amargo sabor en su boca. Ahora tendría que esperarse a la noche para que le dieran de comer, porque aparentemente al payaso se le había olvidado dejarle un cuerpo. Aunque no era para menos, con todo lo que le había pasado ayer.
-Wuunn...- Se tocó su vacío estómago, sentandose en un rincón y esperando.

Arda rió halagado, jalándole una mejilla a Malice en toda respuesta.
-Oh, vamos, no digas eso. Si soy así es tan sólo porque practico! Cada día y a cada hora estoy en prácticas! Sobre los nervios... déjame pensar. Qué es lo que menos te da miedo, o lo que más te motiva? Cuando estés en el escenario visualiza aquello en tu mente, y te aseguro que no tendrás problemas. Ven, andando, hay que caminar un poco- lo alentó, guiándolo suavemente sin soltarlo para que se estuviera recto y caminando en círculos por el claro.

***

Mientras Tighel cogía el balde de serrín para ir a condicionar las carpas, alguien se acercaba a la jaula de Phutric. Desde el bosque. Se empinó un poco para ver por los agujeros practicados en el hierro, los que servían para dejar pasar la luz, y silbó suavemente.
-Pssst.... oye, caníbal... oye~- lo llamó una voz curiosa, tamborileando con los dedos en la lisa superficie de metal.
-Quiero hablar contigo, ven...-

-Si...Si señor~- Malice estaba en el cielo. Era tocado por Arda y además de eso le había pinchado la mejilla.
Tenía que seguir coqueteando! De seguro llegaría a alguna parte con eso...tal vez, con mucha suerte y tiempo, lograría conquistarlo. No! De seguro lo conquistaría! Lo haría suyo...
-Umm, no hay muchas cosas que me motiven... Pero una de las pocas cosas es usted, señor Arda, jeje.- Rió inocentemente, poniendo una mano encima de la que lo estaba sujetando para guiarlo. -Pensaré en usted siempre~-

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Ah, que aburrido. Ya no tenía con nadie quien hablar, no quería dormir y no tenía que comer. Solo le quedaba quedarse allí sentado, a esperar que fuera de noche. Siempre era asi excepto por hoy. Al escuchar a una voz extraña llamandolo, se puso a la defensiva. Se arinconó en la esquina opuesta de la jaula y le comenzó a gritar a la voz.
-Waarggh!! Warrghh!!- "Hey tu! Que quieres!! Ven y te como!" Oh si, que se atreviera a entrar de alguna manera y no saldría vivo.

El maestro de ceremonias hizo girar un par de veces a su alumno antes de soltarlo y ver si podía mantener solo la postura. Pero siguió caminando a su lado, sonriendo enternecido, pues nadie le había dicho cosas así jamás.
-Aw, es muy dulce de tu parte el pensar en mí! Pero recuerda, que no sea demasiado no vaya a ser que te acabes distrayendo. Tan sólo piensa en que te estaré viendo, y durante tu acto siempre me verás a tu lado... y si te concentras en eso, en hacerlo bien, no hay manera de que te equivoques!- Al menos para él las cosas funcionaban así.

***

La voz del otro lado era muy interesante. Tenía una cadencia suave, aflautada, pero no femenina. Más bien... era neutra. Tal vez lo que más se notaba era un extraño efecto que tenía de oírse en dos tonos diferentes al mismo tiempo... pero probablemente era por el efecto acústico de la celda.
-Oh, vamos, sabes que no puedo entenderte. Nadie puede. Bueno... nadie salvo Ti, claro está~- Un leve rumor, y la voz trepó hasta filtrarse por el techo. Se oía divertida mientras recorría la jaula... pero el techo era bastante alto, trepar hasta ahí era difícil.
-Es un tema que te interesa, canibalín. Es sobre tu lindo payaso.-

Malice se sonrojó un poco y comenzó a caminar sin guía, esperando hacerlo bien. Claro que lo haría bien! Si estaba con Arda! Y siempre lo estaría en el escenario...
-Trataré, señor, aunque no esté en el escenario, siempre pensaré en usted~- Trató de caminar lo mejor que podía, con confianza, tal como le inspiraba Arda cuando estaba cerca suyo.
-Pero supongo que caminar no lo es todo... Es decir, que debo hacer luego?-

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El canival se crispó al oir sobre su payaso, y más de una voz que nunca había oido.
-Waarrgh!- Sabía que no lo entendía, pero más que comunicandose, le estaba dando una advertencia.
-T...Tiguel...No!- Dijo con su voz rasposa. Si se metían con su payaso, se echaban un enemigo encima. -No!!- Dijo de nuevo, yendo al lado contrario cada vez que la persona se movia alrededor de su jaula.

-Postura y movimientos elegantes son gran parte del acto, mi Malice, pero también tienes que tener ese... ese algo... cómo explicarlo bien... Debes imaginar que cada acto tuyo es una obra de teatro, tu obra cúspide que sólo se presentará una vez! Habremos de cuidar tus gestos, tu voz si es que alguna vez has de hablar... Tendré que darte clases de actuación también...-
Para éste punto, Arda estaba hablando consigo mismo. Su mente tendía a vagar hacia delante, atropellándose en el futuro y dejando lo demás de lado.
-No te importará pasar un poco más de tiempo conmigo, no? Es que, si sólo es por las mañanas, no podría enseñarte todo...!-

***

La criatura rodeó nuevamente la jaula, ya apareciendo de un lado, ya trepando por el otro con una risa ligera y burbujeante. Obviamente se estaba divirtiendo.
-No seas bobo, Phuuuu. No voy a hacerle nada. Al contrario!!! Tengo una propuesta para ti!! No quisieras tener de verdad a Tighel para ti solito? Sabes quién es el único que se mete en tu camino?- La voz sonaba muy cerca ahora, como si viniera del suelo.
-Arda. Es su culpa que el payasito no te haga caso.-

Malice no cabía en la felicidad del momento. Era el mejor regalo que le podrían haber dado en su vida. Pasar más tiempo con la persona que amaba!
-Si! Es decir, no! No me importa!- Tomó la mano de Arda en las suyas y lo miró con ilusión y una gran sonrisa. -Por favor enséñeme todo lo que sabe! Estaré con usted el tiempo que quiera.- Dijo, acercandose más a él.

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El caníval escuchó lo que el otro tenía que decir, interesandose bastante.
-Hmm? Tighel...Mio.- Dijo, lo suficientemente algo para que lo escuchara. No sabía cual era su plan, pero si involucraba a su payaso, entonces quería hacer lo posible por tenerlo para siempre. -A...A-Arda...ggrrrr...- Gruñó, como respuesta de lo que habia dicho.

Arda sonrió satisfecho y le dio una vuelta a Malice, como haciéndolo bailar con él por el claro.
-Es excelente que hayas aceptado! Ya verás cómo mejoras, con mis enseñanzas y tu entusiasmo... Tu acto será uno de los mejores del circo! Supongo que viajarás con nosotros, pues no eres artista local... no?- inquirió, pensando en sellar el contrato con Dorian.
Montar la carpa y desmontarla era bastante fácil. Arda no sabía cómo o por qué era tan rápido, no veía la ayuda que Dorian les proporcionaba desde su caseta.

***

Tres golpes como de llamada sonaron en el piso de la jaula. La criatura jugaba desde abajo.
-Entonces sí me ayudarás! Lo que quiero que hagas es muy simple. Es más, para ti es completamente fácil! Sólo necesito que Arda pierda la máscara.-
Un rumor como de rozar de telas, y la voz le llegó desde el techo.
-Obviamente no quiero que lo mates, no. Es cosa de que deje de usar esas máscaras, que de seguro son lo que le gusta a Tighel, y tú podrás tener al payaso para ti solo! Y yo... Pero lo harás, no?-

(FFUUUUUU casi terminaba de escribir un monton! Y apreté una tecla que no era y me borró todo! )

Malice sentía que bailaba en una nube y el que lo dirigía era un ángel...pero que decía? Era un dios!
-Pero claro que viajaré con usted!...Con ustedes, quise decir, jeje.- Respondió, perdido entre aquella propuesta. -No tengo atadura en ningún otro lugar, sólo las que usted me ponga de ahora en adelante...- Hablaba literal y figurativamente.
Mientras se dejaba llevar, Malice lo miraba con ilusión y su usual sonrisa...No, no era la misma sonrisa demente de siempre. Era una más tierna y suave, una verdadera.
Entonces él tomó una de las manos de Arda y la colocó en su cuello, haciendo fuerza en esta, como si le estuviera dando indicaciones para ahorcarlo.
-Soy todo suyo, señor. Haga lo que desee conmigo.-

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Phu miraba nervioso y algo enojado los lugares de donde venía el ruido. Deseaba salir de su jaula, mirar al bastardo y comenzar a moderlo para que se fuera de una buena vez. Aunque por dentro lo que en realidad quería era hacerle caso a sus palabras.
-Grrr...- Quería a Tighel para él solo, y sabía que Arda era el único problema. Si cuando trató de marcar su territorio, el payaso lo trató como si no supiera lo que decía...eso de seguro era porque Arda lo manipulaba y ocupaba toda su cabeza.
-Hmmm...- Ahora si lo comenzó a pensar de verdad. Si todo lo que debía hacer era quitarle la estúpida máscara, sería sencillo. Tiguel no lo odiaría porque de hecho no lo estaría matando..cierto? No podía perder así.
-S...ssi..- Le costó un poco la corta palabra, pero con eso selló el trato.

(I KNOW THAT FEEL)

El maestro sonrió y le acarició el cuello con cariño, feliz de tener un aprendiz tan dedicado. Se inclinó sobre él y le dio un beso en la frente, pues podía recordar que de donde venía así se hacían las cosas... o tal vez no. No importaba mucho de dónde le naciera, el caso es que tenía esa costumbre.
-Voy a hacer contigo, Malice, un gran artista! Tú y yo, juntos, viajaremos por todo el mundo.... va a ser notable! La gente comentará admirada sobre tu talento! Porque tienes tanto, tanto talento... Es sólo cuestión de moldearlo!!-

***

-Entonces ACEPTAS!!!- exclamó la voz con alegría, golpeando fuertemente contra la puerta. Casi como si deseara entrar. El ser, fuera lo que fuera, se echó a reír llenando la jaula con los dobles ecos de su felicidad. El sonido era bastante curioso, pero no llegaba a ser ensordecedor.
Las risas pararon. La voz, más calmada, llamó la atención de Phutric desde la puerta.
-No sabes cuánto me alegra tu decisión, Phu. Y es una sabia decisión, sí! Pronto tendrás a Tighel solo tuyo. Por el resto de la eternidad...-
Una risa más, leve y clara, y el ser se fue. Sí, ya había sellado el trato. En cuando Arda perdiera la máscara se perdería a sí mismo en los laberintos de su mente, y él podría salir... Era todo cuestión de espera.
Ya había esperado más de veinte años encerrado tras el yeso de las máscaras. Unos días más no eran nada.

-T-talento?- Ya a este punto, Malice ni sabía lo que decía. Ese pequeño beso en su frente lo había dejado marcado. Lo sentía allí, ardiendo, invadiendo todo su cuerpo.
-S-señor Arda?- Había sido perfecto, tan perfecto...Que ya no sentía sus pies, y sus rodillas temblaron. Tanto, que de hecho sus piernas cedieron y se tuvo que apoyar en Arda, casi como si lo estuviera abrazando.
-Hah...Creo...creo que necesito un poco de aire...- La presencia de Arda era asfixiante, tan poderosa e impresionante! Además de aquel gesto, que nunca nadie le había mostrado, ni su propia madre.

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"Por el resto de la eternidad" Eso le sonaba extraño, pero realmente bueno. Quería que su payaso lo alimentara, lo bañara y lo acariciara para siempre. Así que con ese pensamiento en mente, se fue a una esquina de su jaula, se enroscó y cerró los ojos para que el tiempo se le hiciera más corto.
"Apenas estemos en el escenario, le quitaré la máscara de un golpe."

-Sí, talento! Un delicioso, enorme talento- contestó entusiasmado Arda, abrazando fuerte a Malice antes de soltarlo y seguir caminando por ahí con emoción. Casi ignorándolo, pues sus ojos se llenaban con las luces que pronto vería en el escenario... Luces blancas, azules, doradas, bellos brillos redondos que paseaban frente a sus ojos. Y el sentimiento del público, los aplausos, la ovación que les dirigirían...

De repente el maestro de ceremonias paró, escuchando atento alrededor. Le había parecido sentir...
-Ya es hora! Malice, vamos, hay que prepararse para la primera función del día!!- sonrió, tomando de la mano a su aprendiz y conduciéndolo a las carpas para que se preparara. Lo dejó en su carromato con instrucciones de que se vistiera, mientras él se alejaba en dirección a la carpa principal para recibir a los que iban llegando.

***

Tighel sonrió levemente al ver su trabajo terminado, y la carpa limpia. En poco tiempo había logrado terminar, y justo en el límite, pues ya iba a ser la primera función. Salió de la carpa dejando su escoba y cubo de serrín a un lado, y se dirigió a la jaula de Phu para ver cómo estaba.
Antes de entrar le pareció sentir algo... como si el hierro de la prisión estuviera caliente. Contrariado, ingresó cerrando la puerta tras de sí y descosiéndose de un movimiento los labios.
-Ya regresé- saludó, acercándose a su caníbal que estaba en una esquina. -Ya hay que alistarnos.-

(ok 8D no entendí si era el carromato de Malice o Arda, peeeeeero voy a asumir que es el de Arda, solo porque me ayuda a la historia XD...como ahí tiene los disfraces....)

Malice iba siendo arrastrado por Arda, mientras se medio tropezaba por el camino. Su mente no estaba concentrada en lo absoluto, gracias a las palabras de su jefe.
Estaría mucho tiempo con él y le sería útil en el espectáculo...que manera mejor de vivir?! En ese momento Malice pensó que era el mejor momento de su vida...hasta que Arda lo dejó sólo en su carromato.
Apenas se cerró la puerta, Malice se lanzó en la cama de su jefe, rodando entre las sábanas y oliendo la almohada. Era el cielo!
Pero sabía que no había mucho tiempo, así que ordenó rápidamente la cama y se vistió con uno de los trajes vistosos que había observado el otro día. Luego buscó alrededor, encontrando una camisa blanca que estaba tirada por allí. De seguro Arda no la extrañaría.
Tomó la camisa y la escondió, corriendo a su propio carro y escondiendola en el forro de su almohada.
-Nos veremos en la noche~- Dijo, corriendo afuera hacia la carpa.

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En la jaula, Phu no pudo evitar sonreir al ver abrirse la puerta.
"Es hora." Pensó, acercandose la payaso y lamiendole los labios para curar un poco las heridas de los hilos. -Wan!- Dijo, sentandose y estirando las manos, listo para que Tighel le pusiera la camisa de fuerza y las cadenas.
-Waahh waarg!- "Tengo hambre!" Aunque en realidad, lo que más tenía era emoción. Pronto el payaso sería suyo, para siempre.

(sips, la de Arda :3)

El payaso rió suavemente, apartando a Phu de un leve gesto y colocándole la camisa.
-Te daré de comer en la carpa, como siempre- le prometió mientras ajustaba las correas de cuero. Ya no le gustaba ponerle esa camisa, pero era parte del efecto dramático que se necesitaba para salir a escenario.
-Sabes, yo también tengo hambre... Es decir, supongo que tengo hambre. Debo tenerla porque no he desayunado- aseveró sabiamente. La verdad él no sentía hambre, ni frío.... ni calor. Pero sabía que cuando no comía debía tener hambre, cuando era invierno debía tener frío y en verano debía tener calor.
Le colocó las cadenas a Phutric y jaló un poco de él para guiarlo.
-Vamos. Hoy nuestro acto es el primero, no sé por qué.-

Phu se levantó y comenzó a caminar, torpemente, como siempre. El canival solo se daba el lujo de caminar cuando lo sacaban a un acto, pero no podía hacerlo derecho y a veces tropezaba con sus propios pies por falta de uso, ya que en su jaula el espacio del piso al techo no era mucho y le quedaba más cómodo gatear.
En fin, trató de concentrarse para llegar a la carpa principal sin ningun percance, justo como iba su plan.
-...rrd...Arr....- Trataba de comunicarse con el payaso de una manera más normal, pero todavía le daba trabajo recordar como se formaban las palabras. -Ar...Arda.- Le dijo. -Waah wwaah.- "Quiero verlo." Le pidió, sonriendole dulcemente a Tighel.
Mientras tanto, Malice se dirigía a la carpa, donde el público comenzaba a entrar lentamente.
-Señor Arda? Estoy listo!- Dijo emocionado y mostrandole su disfraz.