Capitulo II - Nueva Vida [18 +]

(lol a falta de un nombre mejor, le puse un titulo obvio XD en fin, seguimos~)

El lobo miró con una leve y maliciosa sonrisa a su cordero, dándole gracia la pregunta.
-Claro que te comeré, corderito delicioso. Probaré toda tu carne antes de hacerte mío.- Le dijo, mordiendo la barriguita del otro, suave y rica, para luego lamerse los labios. -Pero no te dejaré escapar. Ya eres mio.- Rió por lo bajo, lamiendo el mordisco como una pequeña disculpa por haberle estado marcando tanto la piel.
Sus manos recorrieron las piernas del muchacho, lenta pero firmemente, disfrutando cada momento. El que quisiera "desahogarse" no queria decir que fuera a hacer todo apuradamente, eso no tenia gracia para el lobo.
Entonces bajó su cabeza poco a poco, hasta encontrarse con el miembro del cordero, y lamerlo un par de veces. -¿Te han tocado aqui? ¿Cuando fue la última vez que te tocaste?-

(ok, no recuerdo bien si habiamos quedado aqui... pero bueno, ya que XD luego de esto, es cuando Dai se va a pedirle el lubricante a Taiga, verdad?)

(a mí, el nombre me gusta <3 y sips, nos quedamos por ahí 8D Oh, Dai. only you
.... Puedo hacer que Blake se aparezca *de casualidad* en la habitación de Tai más tarde? ._. pero no sex, sino que ya veremos)

Qué vergüenza sentía, de dejarse tocar así por Dai. Kohitsuji miraba a un costado, ruborizado, quejándose levemente cuando el lobo lo mordía. Quería al menos poder cerrar las piernas, para guardar un poquito de pudor, pero tampoco podía y ni siquiera se lo estaban impidiendo. La verdad era que no podía porque no quería. Los dedos fríos y atrevidos de Dai, quería sentirlos en toda su piel. Qué vergüenza contigo, Kohitsuji, qué diría la gente. Qué dirían los otros sirvientes de tu casa si te vieran ahora, regalándote entero a un lobo de bosque.
Cuando Dai bajó la cabeza, jugando con su lengua, el sirviente tuvo que llevarse las manos a la boca para ahogar un gemido. Al menos, pensaba, al menos que nadie se entere de ésto, que quede en cuatro paredes. Fue difícil reunir voz suficiente para contestarle, sumiso y avergonzado.
-Unos... unos meses, con todo este asunto d-de la mudanza no he pensado en...- No, para qué le había respondido? Quién sabe qué le haría ahora!

(oki!! que más tarde se pase)

Dai volteó a mirar hacia el cordero, separandose de él ocn una picara sonrisa.
-Oh, pero que tenemos aqui...los más callados son los más malosos, ah? Pues, te sacaré ese lado en la cama...- Rio un poco al final, volviendo a sus deberes con la parte baja del otro. Lamía y relamía el miembro, de arriba a abajo, de un lado al otro, introduciendolo profundo en su garganta, mientras sus colmillos y dientes acariciaban suavemente la sensible piel.
Su mano derecha jugaba con sus testiculos de aqui para alla, mientras que con su mano izquierda tocaba los muslos del chico.
-Mmmm...- Dai hacia su trabajo diligentemente, con los ojos cerrados. De vez en cuando los abría para asegurarse que el otro estuviera disfrutando y también para medir que tan cerca estaría de su orgasmo.

-Mmm... ahh~ Dai, n-no.... espera....!!- No había caso, estaba en manos de ese tirano. Y cómo le gustaba, qué bien se sentía. Era la primera vez que alguien lo tocaba así, o que alguien lo tenía tan a su merced. Tenía que contenerse, hacer el menor ruido posible, pero por más que apretaba las manos contra su boca no lograba acallar el placer que sentía. Y era un placer culpable, porque sabía que *no se suponía* que fuera así. Ellos ni siquiera eran de la misma especie.
Era cansado, así que dejó caer las manos en la cama con un suspiro. Lo quisiera o no, finalmente los demás en la casa iban a escucharlo. Dejó salir la voz ya sin contenerse, dejando la vergüenza aparte porque no le alcanzaba sentir dos cosas a la vez. Estaba cerca, muy cerca, y tener a Dai haciéndole *esas* cosas... La sola idea habría sido suficiente para hacerlo enrojecer hace un par de horas, cómo había llegado a éste punto?

Daichi quiso sonreir triunfante al oir los gemidos liberados de su cordero, pero decidió seguir en lo que estaba...de todas maneras ya casi terminaba.
La mano derecha que estaba en sus testiculos, pasó a la base del miembro del otro, acariciandola y luego sujetandola con más fuerza, para masajear el área.
-Hmmm...hhhmm...- Los gemidos que daba Dai, por la exitación de la vista que tenia, hacian una vibración que el lobo sabía que sería placentera, asi que siguió maliciosamente. -Hhhmmmm....- Subió el ritmo de su cabeza, arriba hacia abajo, y siguió feliz con los gemidos.

Cómo lo estaba haciendo?? Kohitsuji juntó las manos en el pecho, enlazándolas con fuerza pues no sabía en dónde ponerlas. Era demasiado, demasiado para una primera vez. Siguió gimiendo, cada vez más alto, y su propio cuerpo se movía como para darle más placer aún. Com un temblor leve, pero que movía todo.
-Dai, creo que.... s-sal....!- le pidió, sintiendo que se acercaba a su clímax. No quería venirse todo dentro de la boca del lobo y quién sabe si se enfadaba y lo mordía de nuevo, o algo así... En un afán por contenerse cerró un poco las piernas, pero estaba tan sensible que eso sólo lo hizo sentir más los gemidos del lobo.

-Hmmm...- Eso queria decir que "no". Queria probar al cordero en todos los sentidos de la palabra, y ahora no se apartaría ya que estaba tan cerca de llegar a su climax.
Es más, lo que hizo fue succionar aun más y mover su mano más rápidamente, para darle al cordero la mejor mamada de su vida y entonces que se hiciese adicto a sus toques y a su lengua.
-Hmmmmm....- Volvió a hacer vibrar sus labios, abriendo la garganta para recibir la semilla del otro.

(:/ siento que escribo más pr0no aki XD)

(son las libertades de un foro :3 yo me siento clandestina escribiendo bajo las sábanas para que no se vea la luz del iPod!)
Realmente no era justo. Tanto afán por ser recatado para al final terminar siendo propiedad de Dai. Kohitsuji bajó las piernas, casi en un grito, mientras en su mente suplicaba que el lobo se apartara, que se apartara por favor. Pero no lo hizo y continuó haciéndolo delirar, hasta que el cordero no pudo contenerse más y se dejó ir tal como estaba.
Kohitsuji se había tocado antes, por naturaleza, pero nunca había sentido con esa fuerza la desesperación y alivio de llegar al clímax. Con otra persona era diferente. Ese otro cuerpo ajeno, que lo ayudaba y sentía con él, a quien le pertenecía. Era formar un lazo entre los dos, al menos por esos momentos de cama.

El lobo con una sonrisa, se separó de Kohitsuji, tragando todo su orgasmo y lamiendose los labios.
-De verdad eres delicioso, pequeño.- Dijo el sinverguenza, gateando para estar más arriba de donde estaba pero sin interrumpir al cordero en su recuperación luego del climax, que ese momento era delicioso...él bien lo sabía.
-Ahora te tomaré completo. No voy a aceptar un no por respuesta.- Tomó su rostro en una mano y le dio un beso en la mejilla, y luego otro en la fina nariz, muy cariñoso.
-Dime, lo quieres? Quieres que te posea completamente? Luego de eso serás solo mio...te comeré poco a poco.- Le dijo, mordiendo levemente su cuello.

Kohitsuji finalmente respiró, sintiendo que volvía a su cuerpo poco a poco. Se relajó entero, sintiendo una calma deliciosa y sin embargo algo incompleta. Las palabras de Dai, lejos de avergonzarlo, ahora lo halagaban. Dejó que el lobo lo besara, casi sonriendo de lo suave que se sentían ahora sus labios.
-Quiero... quiero que lo hagas, Dai. Podrías hasta si te dijera que no- le respondió con sinceridad mientras el otro mordía su cuello. Él podía decir que no, pero todo su cuerpo decía que sí. Levantó una mano, acariciando tímida y cariñosamente los cabellos de Dai.
-P-pero... no me va a doler, no?- preguntó de todas maneras, algo nervioso. No tenía nada de experiencia en ese campo.

(nyyaaah que liiindooo)

El lobo sonrió un poco más, dándole ternura ese cordero. Sus manos ahora lo acariciaban más lentamente y sus labios lo besaban, dejando los mordiscos por un momento.
-No te mentiré...te dolerá un poco pero....el placer será mucho mayor.- Dijo, besando ahora sus labios ligeramente, para luego, bsarle la frente. -Pero como me caes bien, lo haré cuidadosamente, está bien?- Pasó una mano por su cintura, mientras pasaba su erección por el miembro, ahora dormido, del otro. Emocionado, bajó de nuevo sin previo aviso y sonrió ampliamente al tomar las piernas del otro con cada mano y separarselas bien, para poner su boca al frente de la entrada de Kohitsuji. -Primero, para que te duela menos, tengo que mojarte bien aqui~-
Dijo alegre, comenzando a lamer e introducir su lengua, como si de un caramelo se tratara.

Kohitsuji asintió, confiando en las palabras de Dai. Si, de todas maneras, había jurado protegerlo de todo... él no le haría más daño que el suficiente. Asintió para responderle, sonriendo un poco cuando lo sintió volver a bajar por su cuerpo, y dejó caer la cabeza de nuevo. Sentía que, para ser una primera vez, debía tratar de estar cómodo.
-Ah...! E-en serio? Cuéntame más...- le pidió, curioso y deseante, mientras el lobo lo lamía con presteza. Ahora sentía una inmensa curiosidad. Dai realmente sabía mucho de temas de cama, y Kohitsuji quería aprender todo lo que pudieran enseñarle. Aunque le fuera muy difícil prestarle atención.

-Jeje, presta atencion entonces, pequeño.- Lamió otras veces más, poniendo su lengua aqui y alla. -Hay que hacer esto muy bien, porque sino a mi tambien me dolerá.- Y era verdad, no habia nada peor que la friccion seca a la hora del sexo. Ugh.
-Luego, comenzaré a estirarte, y para eso, usaré mis dedos...- Le mostró sus dos dedos de la mano derecha y comenzó a llevarlos a su entrada, cuando se lo pensó dos veces. Si iba a hacer eso, lo haría bien. Pero, donde podria encontrar lubricante suficiente?...Ah, idea!
El lobo se separó de él, dadole un besito en la frente. -Dame un segundo, precioso.- Le dijo, abriendo la puerta y dejando al descubierto el cuerpo desnudo del cordero, para todo el que pasara por el pasillo. Rapidamente corrió hacia la puerta contigua y la tocó. -Hey Taiga! Soy yo, Dai! Que necesito que me prestes el lubricante!- Gritó a los cuatro vientos. Momentos luego, la puerta se abrió, mostrando tambien un desnudo inu y un neko tapado hasta el rostro con la sabana. Al rato de comentarios sarcasticos por parte del lobo, obtuvo la botellita y se despidió.

Pronto, regresó a la habitacion, destapando la botella con los colmillos y vaciando sus contenidos en sus dedos. -Listo?-

(... siento que estoy en una clase teórica o3o sexo gay 101)

El cordero alzó bien las orejitas, para no perder comentario alguno. Era fascinante de alguna manera, poder saber lo que le pasaría a partir de esa noche y por todas las noches. ...Porque lo harían todas las noches, no? No, qué iba a ser. Cuál sería la época de celo de las ovejas? Y la de los lobos? Kohitsuji frunció el ceño levemente. Tantas cosas que no sabía.
Cuando el lobo se fue, dejando la puerta abierta, Kohitsuji agarró una sábana y se tapó como pudo muy alarmado. Pero no estaba pensando muy bien, embriagado como estaba de sensaciones nuevas, así que pateó la sábana y se sentó un poco sobre la cama. Rió con ganas al escuchar gritar a Dai, echándose cuando el lobo volvió con una botella un poco rara en las manos.
-Qué es eso...? Ah, no me contestes. Ya me enteraré luego. Listo~- le respondió, nervioso pero ansioso a la vez.

-Oi! Cordero! Estas muy dispuesto, no?- Dijo maliciosamente, frotandose las manos y dirigiendose al chico en la cama. -Pues mejor para ambos. Asi me gustas mas... Y ya verás, te enseñaré todo lo que quieras saber.- Dijo, acariciandole un muslo, mientras le introducia dos dedos de una sola vez, y comenzó a moverlos con algo de ritmo y en moción de tijera.
-Hmm... te ves verdaderamente delicioso...te gusta, no? Di que te gusta, di que te gusta, cordero sucio.- Oh si, el juego habia comenzado.
Se inclinó un poco para morderle la piel de una pierna, e insertar al mismo tiempo un tercer dedo.
-Eres un sucio corderito... uno vulgar... te encantan mis dedos en tu lindo y apretado trasero, verdad?- Siguió con su ritmo, acariciando por dentro aqui y alla, hasta topar con un cumulo de nervios, que debia ser su punto más dulce. -Oh, mira lo que encontre...- Dijo, rozando duramente aquella parte.

(AAAAAAAH *entra en pánico* NO SÉ CÓMO RESPONDER!! AAAAAAAAH QAQ *se demora dos días en pensar algo*
ya no tengo a Edd uu *queda un par de horas en shock de luto*)

-O-ow~!- Era verdad, al inicio dolía un poco y era confuso... Pero al pasar unos segundos, cuando se relajó y empezó a sentir, le pareció lo más maravilloso del mundo. Se quejó un poco, volviendo a tensar el cuello, porque le parecía que así era más fuerte el placer. Empezó a considerar cambiar de posición, tan sólo para probar, pero en las condiciones en las que estaba era mejor no moverse.
-Sí, me gusta, e-es tan... aaah..!!- Pero cómo definirlo? Kohitsuji separó más las piernas, apoyándose más en las almohadas. Llevó las manos a la cabecera de la cama para tener algo de donde afirmarse, con un alto gemido cuando Dai tocó un punto mucho más sensible que el resto de su cuerpo. Era como si hubiera sido reservado para que lo descubrieran esos dedos expertos.

El lobo se lamió los labios al ver la reaccion de Ko-kun al tocar ese punto. Asi que lo hizo varias veces como premio.
-Asi es...pero mira que inocente te veias, pequeño...- le encantaba. Simplemente le encantaba hacerlo ver destellos y tener a un cordero con un cuerpo que deseaba ser tocado y penetrado varias veces. O eso le haría de todas maneras.
Sacó sus dedos y comenzó a lubricarse a él mismo, dejando al otro en paz a propósito.
-Dime que lo quieres. Dime que quieres que te coja fuerte...sino no seguiré, jaja.- Oh si, plan malvado. Ya queria oir los fuertes gemidos del otro, pidiendole que lo tocara más, que lo hiciera suyo.

Discordia delirante, los movimientos irregulares y acompasados de Dai lo tenían al borde de la locura. Gracias al cielo por los barrotes de la cabecera, de donde podía sujetarse para no dejarse ir tan pronto.
Pero por qué paraba? Kohitsuji abrió los ojos de nuevo, recuperando el aliento, confundido. Entonces fue que escuchó las palabras de Dai y cayó en la cuenta de que esta clase de cosas no venían gratis. Se apoyó un poco en los codos para estar más erguido y miró a Dai con ojos suplicantes.
-Te lo suplico, Dai, continúa... Tómame todo, tómame como quieras, pero sigue!- Bien podría haber empezado a tocarse a sí mismo, pero no era igual. No se acercaba en nada a la sensación correcta.

El lobo ahora estaba más exitado que nunca, esas palabras le habian sentado de maravilla para su ego y ahora no podria resistirse.
Con un aullido de lobo que resonó en las paredes, se lanzó al cordero y lo comenzó a besar apasionadamente, para irse insertando poco a poco en su estrecha entrada. Bien pudo haberlo hecho de golpe pero tenia que tomar en cuenta que el otro era primerizo.
-Hmmm...- El otro estaba caliente y se sentia delicioso. Lo siguió besando, más que todo para distraerlo del dolor y no tener que oir sus quejidos. Sabia que pronto se sentiría mejor pero por ahora habia que ignorar aquellas cosas incomodas.
Luego de unos instantes, Dai pudo entrar completamente, separandose del beso para suspirar de placer.
-Haah...Como vas allá abajo, pequeño?- Le dijo, abriendo los ojos para ver su expresion. Tiernamente le peinó un mecho con una mano y le besó la frente.

Kohitsuji se soltó de los barrotes, echando los brazos al cuello de su lobo y cerrando los ojos con agradecimiento. Fue un poco difícil, sin embargo, mientras el otro ingresaba en él. Dolió algo más que lo anterior. El corderito ahogó un quejido en el beso, aferrándose a la piel de su lobo como si le pidiera que tuviese más cuidado.
Luego, cuando estuvo listo, fue sólo cuestión de unos segundos para que el dolor cediera a esa sensación de estar completo. Recuperó el aliento de un respiro, abriendo un poco los ojos para ver a Dai y sonreír con cariño.
-Estoy bien, estaré bien- le dijo, para que no se preocupara. Para que no se contuviera.

-Eres...muy lindo, sabias?- Susurró, besandole la frente. Le encantaba que, a pesar de verse tan frágil y ser siempre tan extremamente amable, era bastante fuerte. Dentro de su debil figura de corderito yacía el pilar de las demás personas, al que todos se aferraban en momentos de necesidad y siempre quedaba en pie. Pero esto, aunque bueno e impresionante, podía ser fatal para Ko-kun, porque por lo general no le gustaba usar a los demas como su soporte cuando se hundía.
-Dime si debo ir más lento, pero no voy a parar.- Le advirtió, rodeandolo con sus brazos , mientras salía del chico y volvía a entrar con fuerza. -Hmmm....aah..- Gemía mientras hacia el mismo movimiento varias veces.

El cordero volvió a sonreír, asintiendo un poco con ademán travieso. Nunca había pensado que podía terminar amando la voz de Dai cuando le susurraba cosas, palabras lindas, ideas sucias. No se le habría ocurrido siquiera estar en esa situación, pero ahí estaba... y no podía pedir nada más.
-A-ah... mmm...!!- Ow, dolía y quemaba. Le gustaba. Le encantaba. Tomó más fuerte el abrazo del otro, indicando sin palabras cómo se sentía. Pues no tenía que hablar, su cuerpo se movía casi al compás del otro, sus gemidos lo acompañaban.
De las pocas cosas que Kohitsuji tenía tiempo de pensar, una de ellas era en lo atrayentes que se oían los gemidos del otro. Casi como el contacto, el sólo oírlo disfrutar bastaba para que el cordero se estremeciera. Y lo mejor era que a Dai *no le importaba* si lo oían o no, él hacía ruido como quería y cuando quería. Era irreverente y eso a Kohitsuji lo fascinaba.

-Agarrate fuerte si quieres...hah, ah...- Oh si, como le hacia falta. Ese contacto, esa friccion y ese calor delicioso entre dos personas.
Ademas era encantador tener a alguien más suave, no tan agresivo, ya que habiendo crecido en una manada tan salvaje, sus amantes eran del tipo "ya y duro", nunca habia tiempo para disfrutarlo con paciencia.
-Ow...relajate, pequeño, que tambien me duele...- Si, siempre se creia que al que daba el placer no le dolía para nada, pero si se perdía la practica, o el otro estaba muy estrecho, llegaba a doler. Y pues, tal vez el otro estaba relajado pero todavia era muy estrecho.
Aun asi, pensó en darle más diversion y comenzó a acariciar sus pezones erectos.

Kohitsuji tomó la sugerencia como un permiso y se aferró más fuerte a él, perdido en el ritmo, hasta que escuchó el pedido de Dai y se soltó de nuevo preocupándose un poco. Realmente no quería que le doliera, quería que ambos pudieran disfrutarlo.
Pero era difícil relajarse cuando se lo pedían así. Pero al sentir las manos del lobo trepando por su pecho y acariciándolo, distraerse no fue ya un problema. También en ese punto su cuerpo se había rendido y sensibilizado, se sentía delicioso y se lo hizo saber al lobo dándole un beso en el cuello como agradecimiento, Si hablaba, corría el peligro de malgastar aliento.

Ahora que el otro estaba más relajado, más lleno de emociones, todo se sentía más placentero. Desde el sentimiento de estar dentro del cordero hasta el contacto de piel con piel, que lo hacia volverse loco y con ganas de revolcarlo salvajemente en la cama. Pero pensó que era mejor controlarse un poco más....por ahora.
El lobo gruñía y movía su cola al ritmo de sus estocadas, mientras que sus manos exploraban el cuerpo ajeno, acariciando y a veces rasguñando.
-Ahh...estoy tan adentro...Me encantas, hah, te voy a coger toda la noche, aaahh...- Oh si, hablar asi era una costumbre del lobo que lo exitaba más, le gustaba hablar pues.