Capitulo II - Nueva Vida [18 +]

(Spades x Kuroi <3)

El lobo trató de respirar más lentamente para calmarse, sin exito.
-Nada! No pasa nada, gato. Dejanos en paz.- Le ladró, mostrandole los colmillos. Como odiaba que se metieran cuando intentaba regañar a alguien.
-Ammm... puedo ayudar en algo?- Intervino Taiki, con las manos juntas, ahora si temiendo del lobo.
-Si. Conejo, no sales de la casa, entendido?!-
-S-si! Señor! N-no lo haré...- Contestó el conejito, algo tembloroso.
-Y tu gato, mira, que estamos jugando con Taiga a las escondidas. Y me toca buscar...ya encontré al cordero, pero no me dice adonde está Taig, asi que me molesté...eso es todo.- Mintió. No le importaba si le creia o no, pero lo dijo por salir del paso.
-No es verdad?- Preguntó a Kohitsuji, mirandolo con el ceño fruncido. -Ahora tu quedate aqui mientras voy a buscar a ese perro...-

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Taiga lo miró sorprendido. Era una lastima pero no era su culpa.
-P-pero fueron ustedes quienes comenzaron! Se iban a comer a mi novio!- Le dijo molesto, mirando a sus lados para ver sus vias de escape.
-Nosotros solo nos defendimos!-

(nuncaaaaaaa xD Kuroi lo odia!)

-Sí, es que si le digo sería trampa- le dijo Kohitsuji a Hisame, tratando de sonar lo más convincente posible. El neko lo miró con sospecha, más porque sentía energías negativas que porque no hubiera sido buena la actuación, pero ninguno de los dos chicos replicó nada a Dai y lo dejaron ir nomás.
Luego, Kohitsuji subió a llorarle a sus amigos los bichos y Hisame se quedó confundido llevando los platos del desayuno a la cocina.
-Entonces te quedas, no, Tai-kun? Mejor... así no estaré tan solo.-

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-Hay MANERAS, perro, maneras de resolver las cosas. Lo que nosotros hacíamos era negociar contigo. No nos entregabas al lobo... que no sé por qué Spades lo quería... así que lo íbamos a comer. Según el código de conducta en tiempos hostiles, podrías haber arreglado el tema con un desafío pero NOOOOOOOOOOO!!- exclamó el cuervo, molesto, caminando a zancadas por la pradera.
-Nooo, TENÍAN que engañarnos y dejarnos por un día entero metidos en una tumba abierta y para peor vacía. A las serpientes hasta que les hizo gracia, pero mi familia me odia por haber sido tan estúpido. Y ahora yo también me odio, porque no puedo creer que caí por eso....- Bueno, ya. A calmarse. Kuroi suspiró profundamente y volteó a ver al perro con gélido desprecio.
-Si quieres enmendar éste lío por las buenas, te sugiero que me retes y pelees conmigo.-

(Taiguita? Peleando? :yaoming:)

Dai miró el cordero irse. Luego se disculparía. Ahora tenia que correr antes que encontraran a ese perro estúpido.
Asi el lobo salió por la puerta y comenzó a correr, dejando una nube de polvo atrás.

Mientras tanto, el conejito ayudaba a su nuevo amigo a llevar los platos a la cocina.
-Si...debo quedarme...aunque se que mis padres me regañaran por no ir a cuidar a mis hermanos...- Dijo, bajando las orejas. -Aunque no entiendo bien porque debo quedarme, pero bueno...Dime, que te gusta hacer? Jugamos a algo?-

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En la pradera Taiga estaba más que nervioso, pero se inclinó un poco y mostró sus colmillos al mismo tiempo que comenzaba a gruñir. No le gustaban estas cosas, porque la gente salia lastimada, pero lo haría por salvar a sus amigos. Estaba en sus genes de todas maneras.
-Bien! Si así nos dejarán en paz... Di tus condiciones, cuervo!- Dijo, imitando a un perro feroz que habia visto en alguna obra de teatro en el pueblo.

Hisame dejó los platos y se puso a pensar.
-Mmmmm... la verdad, yo planeaba seguir leyendo un poco.... tengo un rollo muy interesante arriba. Pero si quieres te lo puedo prestar.- Se lo ofrecía también porque él nunca había jugado con alguien más, no sabía cómo se hacía, y no quería admitir que no sabía. Eso habría sido terriblemente vergonzoso.

**

Kuroi hizo lo más cercano a una sonrisa que podía y dejó sus cosas en el suelo.
-Puede ser con armas o sin armas. Yo no tengo permitido volar, y tú no puedes morderme. Sólo podemos usar éstas- dijo, levantando sus afiladas garras para mostrárselas al perro-, y tiene que ser en un lugar especial. Conoces la montaña que hay al centro del bosque? Ahí hay un recinto donde se celebran los torneos. Te esperaré.-

Oh no...leer...jamás le podría decir que no sabía! Le había dicho a Blake pero era porque el momento lo dictaba.
-Ammm...no gracias, yo... Yo paso.- Sonrió, como disculpandose. Pues, no todos tenían que saber que era un ignorante que nunca fue a la escuela.
-Porque no vamos y... dibujamos algo!- Eso si le gustaba, dibujar.

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Taiga miró desconfiadamente al otro, sintiendo que podía llevarlo a una trampa, pero sabiendo que no tenía mucha opción. -Me parece justo...es por allá cierto?- Dijo, apuntando a la montaña que sobresalía por entre los árboles. -Vamos...pero si veo que comienzas a volar allí, te muerdo!-

Hace mucho que Hisame no dibujaba nada.
-Me parece bien! Creo que sé en dónde hay cosas para dibujar, mientras bajaba vi!- sonrió animado el neko, yendo hacia la escalera medio a saltitos. -En ésta casa hay infinidad de cosas que hacer si buscas bien, así que espero no aburrirme mientras tenga que andar acá metido.-
Hisame subió con Taiki y atravesó los pasillos hasta llegar a un estudio con papeles y lápices y todo eso. Aparentemente nadie lo usaba, pero estaba limpio gracias a los sirvientes.

***

Kuroi apenas sí asintió levemente y se dirigió tranquilo hacia allá. Tomó su pipa, la encendió de nuevo y empezó a fumar reflexivo mientras andaba. El humo se formaba en volutas ahora grises, no rojizas, pues respondían a las intenciones del cuervo. Y en ese momento, Kuroi no estaba planeando nada sangriento. Sólo pensaba. Pensaba en la mejor estrategia para ganar rápido y poder volver a entrar en su nido sin ser fulminado por las burlas de su gente.

Taiki siguió al neko hasta la habitación, feliz de no tener que mostrarle al otro lo poco que sabía.
-Oh! Aquí hay de todo...no sabía que les gustaba dibujar...- En fin. El conejito saltó hacia uno de los estantes, tomando papel, pincel y tintas de colores. (?) Luego se sentó en el suelo, porque le gustaba. También le gustaba dibujar con tizas, pero hoy se le antojaba algo diferente.

xxxxxx

El perro suspiró y siguió con más tranquilidad al cuervo. Al parecer no planeaba luchar hasta estar allá.
A medida que se iba relajando y el camino alargando, pensaba que se iba a aburrir bastante si solo caminaban y no hablaban...de todas maneras todavía les faltaba viaje.
-Ummm...Cuervo-san, como era su nombre? Yo soy Taiga.- Pues, saber su nombre no estaría de más.
Mientras tanto un lobo algo ansioso y enojado buscaba por todas partes a alguien con cola y orejas color miel, sin exito.
-Demonios, perro...- Pero de pronto dos olores se pasaron por su nariz. Taiga y otro que no sabía muy bien cual era. Eso lo puso nervioso. De seguro ya lo habían encontrado. Dai olfateó y olfateó, siguiendo el mismo camino que había seguido ellos.

Hisame tomó las únicas herramientas que sabía usar: tinta y pincel. En una hoja de papel que puso sobre el escritorio, empezó a imaginar algo que quisiera en ese momento... Y le vino a la mente el bambú del bosque donde había conocido a Taiga. El recuerdo lo hizo sonreír con cierta tristeza, porque aunque en ese entonces no podían verse mucho, era ciertamente más fácil que ahora.
Mojó el pincel en la tinta, apenas un poco en la punta, y empezó.

(algo como así http://janzaremba.com/Sumi-e/FI/files/kBamboo-sunny-afternoon.jpg ya te imaginas el tiempo libre que tenía Hisa antes, que aprendió a hacer esas cosas -w-)

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El cuervo exhaló un poco de humo antes de pensar en si responder o no, y no vio inconveniente alguno.
-Kuroi. Hayashi Kuroi.- Puso algo más de tabaco dentro de la pipa y siguió fumando. Su mente divagaba en torno a Spades.
Por más que el serpiente fuera insoportable, era bastante... generoso con el cuervo. Le había ofrecido su madriguera... nido... como se llamara ese hueco donde vivía, y siempre andaba con él aunque Kuroi claramente no quería socializar con nadie.
El cuervo siempre había sido un ser propiamente antisocial. El único que lo molestaba era Spades, y de cierta manera se lo agradecía. Si no fuera por él, su vida sería muy monótona.

El conejito comenzó a dibujar su madriguera. Un hoyo café...rodeado de cosas verdes que parecian ser el cesped, y tambien puso un gran árbol.
Iba feliz plasmando su casa en el papel hasta que se fijó en el dibujo del neko.
-Wooow! Eso se ve genial! Como aprendiste?- Entonces volteó a su propio dibujo y no pudo evitar bajar las orejas mientras arrugaba el papel y lo tiraba a una cesta en la habitación.
-En tu familia dibujan?-

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Taiga movió la cola, sonriendo. El cuervo no parecia tan malo.
-Mucho gusto, Hayashi-san.- Respeto ante todo. -Dime donde vives? Yo vivo en la aldea próxima a esta... en el norte. Es una bella aldea.- Siguió moviendo su cola, con sus orejas bien altas para oir la respuesta del otro. El perrito no podía evitar tratar de ser amigo de todo el mundo.

El neko miró un rato su dibujo y luego añadió lo que parecía ser una mancha sin sentido. A la que comenzó a dar forma, lentamente, con apenas unas hebras del pincel. Y la convirtió en una pareja.
-No dibujan- contestó tranquilo mientras seguía con lo suyo.- Una de las ramas de la interpretación de energías es mediante plasmar en imágenes lo que el espíritu quiere comunicar. Aunque no todos tenemos esa habilidad, me hicieron aprender por si acaso.
La verdad, Hisame no dibujaba tan bien. Recordó que su padre podía hacer pinturas que parecían vivas... y que le daban una mala vibra, aunque sólo eran papeles.

***

-En dónde VIVÍA no te concierne- respondió agriamente Kuroi. Estaba muy sensible en todos los temas que tuvieran que ver con su vivienda. Pero luego de pensar un poco consideró que no debía ser maleducado, aunque estuviera tratando con un perro ignorante.
-... Mi clan vive en el Árbol que hay en medio del bosque. Desde ahí se ve todo lo que pasa en el aire, en la tierra y entre las ramas. Es el Árbol más alto que hay, y el que tiene las raíces más profundas. Toca el cielo y desciende al infierno, todo en uno.- Le encantaba hablar sobre su árbol. Él tenía una rama especial, una de las más altas, que coincidía con la salida de la luna. Cada noche, podía sentarse a recibir la luz pálida que bañaba todo el nido. Era una luz fría, pero serena. Le gustaba.
Y la extrañaba.

Taiki se quedó mirando los trazos del otro, con una admiración casi infantil. Sería que él era muy estúpido que no sabía hacer nada bien? O era que no le habían enseñado? En fin, estaba muy ocupado observando la tinta.
-O-oh...suena...dificil?- No sabía bien de lo que hablaba el neko, pero lo olvidó cuando le pareció ver algo extraño. Uno de ellos...se había movido? No, no, sería ridículo.
-Entonces...que quieres plasmar tu?- Preguntó inocentemente, sin saber mucho de la vida del otro.

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-Wow, suena hermoso!- Le contestó, con ilusión en sus ojos de inu. Se imaginaba el gran árbol de todas las maneras habidas y por haber.
-Y que pasó? Te fuiste? Suena como un lugar maravilloso para vivir! Mi aldea solo tiene un mercado y un bosque de bamboo.- Le dijo, sin entender ciertas metáforas.

-Mi pasado- contestó Hisame, moviendo apenas el pincel pero desplegando todo lo que sentía en el papel. Dibujar lo relajaba siempre.
El bosque de bambú se expandió y apareció la fuente lunar, el muro de los Ooshiro y las ramas del cerezo que se asomaban tras él. Tal y como lo recordaba todo.
Mientras pintaba, se inclinaba sobre el papel como si quisiera poder entrar en él.
-Ojalá no me hubiera peleado- suspiró de improviso, dejando las cosas a un lado. Luego de permanecer un rato callado volvió a tomar el pincel y se lo enseñó bien a Taiki.
-No es tan difícil como parece, lo de pintar. Te enseño si quieres.-

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Kuroi negó con la cabeza.
-No me fui. Me echaron, ya te lo dije. Por lo que los tuyos me hicieron pasar.- Aún le dolía un poco en el orgullo haber caído por una treta como esa. Pero lo peor había sido perder su derecho a entrar al nido, a la belleza del cielo desde tan alto.

Taiki bajó sus orejas, sintiendo que el otro se había puesto trsite de un momento a otro, recordando. De seguro su pasado estaba lleno de espinas, como los arbustos de moras en el bosque. No sabía muy bien que responderle, porque consideraba que su vida había sido bastante tranquila hasta ahora.
-Eh? Enseñarme?- Volvió a levantar sus orejas, algo más animado. -Amm...no...yo creo que solo si tuviera el talento...- Si tuviera que aprender algo, sería a escribir...es capaz que hasta se lo pedía, y asi iría donde Blake y le leería y escribiría una carta y no pensaría que es un tonto.
-Amm..Hisame-san...yo la verdad...me preguntaba si me podrías enserñar a...leer y escribir?- Sus mejillas jóvenes se tornaron rosas.

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-Ohh...ya veo.- Taiga siguió caminando junto a él, sintiendose algo culpable. Era su culpa que no podría entrar a su gran y hermoso árbol. Si tan solo hubiera algo que hacer...una manera pacífica de arreglar las cosas...
-Ya se! Tu quieres pelear conmigo para que te dejen entrar, no? Pero...no quiero pelear...solo quiero vivir en paz con ms amigos y mi novio...Así que...no podemos fingir que me llevas como una presa? Diré que mataste a todos si quieres!- Movió su cola, pensando que era una gran idea.

Hisame miró al conejo sorprendido y dejó a un lado su dibujo aún húmedo.
-No sabes leer? Eso es terrible! Claro que te enseño, ven, mira!- En una hoja en blanco se puso a escribir los caracteres que se debían aprender. Iba a enseñarle como le habían enseñado a él, con puras cosas de fonética y de asociación por formas y muchas cosas de las técnicas.
-Nos tomará unos meses, al menos, si vienes todos los días... pero lo lograremos!-

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Kuroi se detuvo y lo miró con desaprobación.
-Pretendas que ENGAÑE a mi familia? Jamás. Estoy en contra de esa clase de cosas. Tal vez ustedes se las permitan, pero nosotros no.- Si iba a regresar, iba a regresar con honor. Con verdad. Ganando en serio.
-Jalando al demonio por la cola es como se consiguen las cosas.-

-A-Ah...esta bien! Intentaré venir!- Sabía que no podía, solo en las noches, pero bien intentaría escaparse de su casa.
Se sentó más cómodo y más junto a Hisame, poniendo extrema atención al papel con caracteres que había visto en los libros de cuentos de sus hermanos pero que nunca supo que significaba.
-Crees...crees que pueda aprender? No es muy tarde?- Le dijo, evitando su mirada.

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-Lo siento...- Se disculpó. Por una parte lo entendía, y por otra pensaaba que todo eso era una tontería. Porque estarse peleando por eso y no perdonar a su amigo? En fin...
-Y dime...esa culebra del otro dia...era tu amigo? Tu novio?- Sonrió, queriendo hacer algo de conversación. Aquel día estaba tan preocupado y asustado que no se fijó mucho en la culebra, pero ahora que lo pensaba...quien era? Tambien venia tras de ellos?

-Claro que puedes aprender, es cosa de esforzarse- le sonrió Hisame, dibujando algunas cosas a los costados de cada carácter.
Luego se levantó y pacientemente empezó a explicarle.
Las dos horas que siguieron fueron de pura explicación. De por qué éste carácter se asociaba a tal sonido, y de por qué éste y aquel no eran el mismo aunque se veían igual, porque tenían una línea extra que era así y asá.... Y todo eso. Hisame fue lo más lento que podía para que Taiki aprendiera bien, y luego se puso a dibujar algunos caracteres más.

***

Al cuervo casi se le cayeron las plumas al escuchar eso.
-OBVIAMENTE no es mi novio!!- exclamó, fulminando con la mirada a Taiga. -Y tampoco es mi amigo. Es sólo un tipo que siempre aparece alrededor mío... Y nunca se va aunque lo eche- bufó con molestia, mirando alrededor inquisitivamente. Tenía la horrible sensación de que Spades iba a saltar de la nada del bosque, con su sonrisa de idiota y su bolsa de caramelos.
Ugh.

(aaaaaiiii le gustaaaa XDDD *la que ignoraba todo lo demas* )

A Taiki le costaba mucho, mucho entender. Osea, el neko era buen maestro, por eso era que había entendido lo básico, pero cuando comenzó a hablar de cosas más complicadas y dibujar símbolos dificiles e iguales a los otros...ahí fue donde su cabeza se quedó en blanco. Ahora sabía porque sus padres nunca lo mandaron a la escuela.
Al cabo de dos horas, y cuando la lección pareció terminar, Tai se desesperó un poco y juntó sus rodillas.
-G-gracias...Creo que aprendí algo hoy.- Dijo, aunque no había entendido mucho.

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-Bueno! Bueno....- Esa reacción lo había sorprendido y asustado un poco, pero no destruyó su motivación.
-Entonces tienes pareja? Una cuerva?- Siguió preguntando, aunque sentía que el otro se estaba cansando ya. -Bueno, perdón, no es de mi incumbencia...- Movió la cola nervioso, siguiendo el camino con sus orejas algo bajas. -Solo quería que fueramos amigos.-

(xDDDDDDDUUUUUUUUU maybeh)

Hisame contuvo la risa como pudo y dobló la hoja en cuatro, entregándosela a su "alumno".
-Estudia bien, recuerda lo que te dije sobre las líneas extra, y trata de aprenderte lo de ésta hoja. Durante ésta semana lo repasaremos para que lo tengas seguro, y a la próxima empezamos con algo nuevo.-
El neko nunca había enseñado nada a nadie, sólo estaba aplicando lo que sus maestros hacían con él. Claro que en vez de una semana le daban dos días, pero le pareció que era un abuso.

***

-No, no tengo pareja- suspiró el cuervo y siguió su camino. Esas cosas ni siquiera le interesaban. Sólo cuando estaba en época de apareamiento tenía problemas, pero entonces simplemente se retiraba al interior de la montaña por un mes y asunto solucionado, meditación bajo una catarata y esas cosas que lo distraían.
Cuando entraron al bosque, el cuervo empezó a caminar más lento para que Taiga no se perdiera. Pero en uno de esos giros, un algo rápido como el rayo le saltó encima. El sorprendido cuervo sólo atinó a empujar a Taiga a un lado antes de caer al suelo, derribado por un serpiente que se mataba de la risa a su lado.
-AHAHAHAHAHA TU CARA TU CARA- aullaba de risa Spades, levantándose de nuevo y doblándose en dos por la gracia que le hacía todo. Kuroi recobró el aliento, se levantó y le metió un golpe en la nuca.
-Au!! Eso por qué fue?- protestó la serpiente.
-Por idiota! Por eso fue!! Que no ves que estoy haciendo algo importante, peste??-
La serpiente notó entonces que Taiga estaba ahí y lo saludó con una mano, sonriendo.
-Ah, hola. Lo del cementerio, buena broma esa! No se me olvida por nada del mundo. Y qué, Kuroi, te lo vas a comer o qué?-
El cuervo negó con la cabeza. -Voy a pelear con él para que me dejen entrar a mi nido.-
-Ah, ya veo... Y si lo matas me invitas?-

Taiki le sonrió, visiblemente cansado para ser solo la mañana, y guardó el papel en su bolsillo.
-Gracias...aprecio lo que haces.- Movió su pequeña colita. -Y dime...crees que pueda salir? Es que...necesito cuidar a mis hermanos y mis padres se seguro se enojarán si no lo hago... Porque solo están jugando a las esocndidas, cierto?-

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-M-matar?!- Exclamó espantado. Pensaba que solo era una pelea y se irian felices a sus casas.
-Pero! Pero! No he hecho nada malo!...Ah! Y hola! Soy Taiga, mucho gusto, culebra-san.- Lo saludó al igual que había saludado a Kuroi, le manera idiota e infantil que solía hacerlo.
-A-además! Tengo cachorros y un novio en casa esperandome!- Mintió a ver si salía de esa. En los cuentos de su abuelo siempre decían algo como eso y los dejaban ir.

Hisame asintió, pero más para convencerse a sí mismo.
-Supongo que si te vas ahora no importará. Le explicaré a Dai-kun... espero que no se enfade...- La verdad estaba prestando poca atención a lo que decía. Ahora se empezaba a preguntar si realmente sería tan sólo un juego de las escondidas. No sentía en el ambiente que fuera así.

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-No seas extremista, Spades- lo regañó el cuervo, a lo que el serpiente sólo sonrió y se comió un caramelo. -Con vencerlo en batalla me basta. Además, sabes perfectamente que mi credo sólo me permite consumir animales que llevan muertos un cierto tiempo. Y TÚ también deberías respetar el credo!-
Spades asintió, poniendo los ojos en blanco, y se giró hacia Taiga dejando a Kuroi con la palabra en la boca.
-Dime Spades, así me dice todo el mundo. Quieres un caramelo? Siempre llevo varios encima para invitar.-

El conejo paró sus orejas y le sonrió.
-Bien! Entonces me iré por el día de hoy. Es casi hora del almuerzo y mis hermanos deben tener hambre. Nos vemos Hisame-san.- Dijo, dándole un pequeño abrazo de agradecimiento y saliendo disparado por la puerta con sus ligeras patas.
No iba a ser un dia agradable, ya que de seguro su madre le regañaría apenas entrara a la casa, pero había valido la pena. Aprenderia a escribir y leer!

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Taiga movió su cola alegre, al sentir que el aura se iba poniendo más amigable cada minuto que pasaba.
-Si, claro! Amo los caramelos!- Asintió feliz, tomando uno de los que le ofrecian y se lo echó a la boca, comenzando a saborear.
-Si es solo eso es fácil. No soy bueno peleando para ser sincero. Por eso les jugamos esa broma, porque habriamos muerto todos, jeje~- Admitió, como el idiota honesto que era.

Hisame le sonrió algo triste cuando se fue y siguió pintando. Dibujó flores casi transparentes contra un fondo de agua, dibujó peces y dientes de león de los que sólo había leído en sus rollos, dibujó las largas telas bordadas con las que sus familiares hacían los trajes ceremoniales.
Justo al estar haciendo eso último, sintió un repentino dolor de cabeza taladrarle un costado. Dejó el pincel, quejándose por lo bajo, pero el dolor se fue casi tan rápido como había venido.
El neko no se quedó tranquilo. Estaba convencido de que no había sido casualidad de la nada, oh no. Ahí, su padre tenía algo que ver. Lo seguía. Entonces, por qué no actuaba de una vez? O sería que sólo iba a dejarlo ir?

***

La serpiente sonrió, siguiendo al cuervo que parecía estar resentido.
-Sí, seguro habrían muerto. Lo cual sería una pena porque la verdad es que en ese momento no tenía tanta hambre- admitió riendo, echándose otro caramelo en la boca y ofreciéndole uno a Kuroi. Éste lo rechazó con un movimiento brusco y apretó el paso.
-Ssss. Cuál es su problema?- se quejó Spades con el inu, guardando su bolsita. -A quién no le gustan los caramelos? Son una delicia total.-

(no se que responder con lo del padre XD)

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Taiga asintó, no sabiendo que le pasaba al amargado del cuervo.
-Son deliciosos! Tal vez si probaras más caramelos, Kuroi-san, serías más dulce, jeje~- Bromeó, sabiendo que recibiría un regaño.
Pero no pidió disculpas, porque pudo olfatear algo que corría muy rápidamente hacia ellos.
-Dai.- Susurró, reconociendo el olor y dejando ver al lobo segundos despues.
-Taiga! Corre!- Ladró, viendo como esos dos carroñeros se llevaban al pobre cachorro a su segura muerte. Y el perrito todo inocente feliz de la vida. Seguro lo engañaron.

(se me olvidó decir que no respondas :3 a Hisa lo dejamos ahí por ahora, enfoquémonos en éstos)

Kuroi estaba a PUNTO de replicar algo que no iba a ser bonito, pero se calló de inmediato y exhaló humo en largas hileras cuando vio acercarse al lobo. El cuervo se sintió completamente indiferente ante Dai. Es decir, no era SU clan el que le tenía la guerra jurada a los lobos. Muchas veces en invierno, los cuervos y los lobos se ayudaban a conseguir alimento.
El que sí pareció alarmarse fue Spades, que de inmediato se irguió en la posición de ataque. Pero mantuvo su sonrisa divertida y algo curiosa, sin quitarle los ojos de encima a Dai.
-Mira que tenemoss aquí- siseó con gracia el serpiente, cruzando los brazos. -Mi familia se mueeeeeeere por conocerte, lobito.-

-Gggrrr....Ya lo creo, pero no creo visitarlos dentro de un largo tiempo...- Dijo en voz gutural de lobo, listo para atacar, con sus garras al aire y colmillos afuera. -Tai, ven acá!!-

El perro frunció el ceño, acercandose a su amigo y poniendo las manos hacia él, como para calmarlo. -Tranquilo, Dai, no son malos...-

-No son malos?! Taiga, que te van a comer!- Le respondió incredulo, sin bajar la guardia.
-No! Simplemente Kuroi-san quiere pelear limpiamente por su honor...Y Spades-san solo vino a ver...supongo... Mira que si me hubieran querido comer, ya lo hubieran hecho, no? Porque hemos estado caminando solos en el bosque desde hace algun tiempo.- Dijo, moviendo su cola.
Dai no podía creer lo confiado que era el perro.
-Pelear por su honor?- Preguntó, en realidad algo curioso. -Taiga, tu no peleas.-
-No, pero...debo hacerlo no? No te preocupes, nada me va a pasar, si?-
Daichi se lo pensó por unos segundos, no confiandose para nada.
-Pero y esta culebra que?! Woof! Hey! Tu! Woof! Culebra! Woof! Fuera!- Comenzó a ladrarle.