Capítulo III - Viaje al centro de todo [18 +]

(Here we go)

-Humano...yo...- No, todavia no era el tiempo para dejar salir todo. Todavia no, debía esperar al momento correcto. -No, nada.-
Terminó diciendo, con una media sonrisa, separándose y tomandolo suavemente de la mano. -Sigamos caminando.- Dijo, sin el valor suficiente para confesar sus sentimientos, aunque de hecho ya todo se lo hubiera comunicado con sus acciones.
Siguieron su camino, soltandole la mano y poniendolas dentro de las bolsas de su saco largo y negro. Volteó a ver al otro de reojo, no pudiendo evitar preocuparse por él. -¿Tienes frío? Ya es de noche y está ventoso.- Le dijo, algo por preocupación y otro tanto porque no sabía de que hablar con él. Necesitaba saber todo lo posible de su humano, sus gustos, sus gestos, su manera de hablar, lo que pensaba, sus miedos, sus alegrias....quería estar siempre ahí, para él, no importando las circunstancias o si eran de razas distintas. Lo había llegado a querer tanto en poco tiempo...eso sólo significaba que de aquí en adelante, solo podía llegarlo a amar como nunca a nadie antes...y eso le aterraba.

(No recuerdo como ibamos con Luca/Carus)

(pues que Carus ya se estaba calmando :3 y Luca se estaba bañando todo ultra preocupado, cambiamos a ellos? :3
y AWWW BEZ ES UN AMOR <3)

Loue negó con la cabeza, permitiéndose tomar un brazo de su señor para andar más cerca suyo. -La verdad no hace tanto frío, mi señor. Usualmente, mi casa y mi barrio se llenan de niebla. Esos días sí que son fríos! No le gustaría a usted estar por aquí en invierno.- En realidad lo decía más para no preocupar a su señor. Sí que tenía frío! La ropa que tenía puesta era algo delgada, y el viento pasaba por ella como le daba la gana. Pero si decía eso iba a quedar cono una niña llorona, y no quería dar esa imagen.
A Belzaias no le gustaría vivir en ese mundo. Había lujo, pero era diferente a los brillos dorados y majestuosos del infierno. Las maneras eran otras, la gente se comportaba distinto. Loue ya no estaba acostumbrado, y por más que extrañase su barrio y su viejo parque ya no podría encajar del todo en su sociedad. Estaba bien, de todas maneras.
-Volvemos a mi casa, señor? Es decir, como ya es de noche... a menos que usted prefiera seguir paseando- propuso el humano, metiendo su mano libre en un bolsillo para ver si se calentaba un poco. Caramba con el viento helado.

Cuando el chico tocó su brazo con su mano fría, sabía que el otro estaba mientiendo. El viento azotaba fuerte y el otro no traia nada de abrigo.
-Si, me gustaría volver a tu casa. No quiero que se nos haga tarde en esta clase de...lugar.- Dijo, mirando con desdén hacia una calle, donde habian unos chicos riendo y pintando sus nombres en las pares de un establecimiento, luego siendo regañados por un oficial.
Siguió caminando, deteniendose cuando una ola de frío pasó, una fuerte que hasta él la sintió a travez de su grueso abrigo. Delicadamente tomó el brazo del chico y lo dejó caer, para luego quitarse su abrigo y rodear a Loue con él.
-Que tienes frío, humano. ¡Deja de mentirle a tu amo o serás castigado!- Dijo, obviamente sin animos de castigarlo, pero últimamente era asi solo como le hacían caso las personas. Luego, de un movimiento, lo tomó en sus brazos como una princesa, sin esfuerzo como si de una almohada se tratara y comenzó a caminar nuevamente.
-Estarás más caliente entre mis brazos.-

(Si! que lleguen a la casa y duerman, y pasamos a los otros 2)

(Vale. Aw, Bez <3 yo quiero alguien así
... *galo sengen* THE FUCK AM I WATCHING)

Su amo realmente era bueno para detectar mentiras. El abrigo que ahora llevaba era cálido y olía muy bien, olía a Belzaias. Loue le dió una sonrisa de disculpa, encogiéndose más en ese abrigo que le quedaba tan grande. El corazón le dio un vuelco cuando lo levantó en vilo, riendo algo nervioso mientras se acomodaba a los brazos de Belzaias. -Whoa~ uhm, hehe, qué alto se ve todo desde aquí...- susurró para sí mismo, formando un vaho de vapor con su aliento. Fueron juntos calle abajo, por los barrios pobres donde las luces estaban apagadas y las estrellas alumbraban débilmente. Era bello, pero peligroso, y al sentirse amenazado Loue no pudo evitar apegarse un poco más a su señor. Sabía, sin embargo, que no había nada que temer- en caso pasara algo, Belzaias espantaría a cualquiera los atacara.
Tras unos minutos de andar silencioso, llegaron al edificio de Loue. Él se bajó de los brazos de su amo para llamar de nuevo a su vecina y pedir que le abriera la puerta. Arriba, los doce gatos cariñosos los esperaban maullando felices. Loue los saludó a todos mientras colgaba el saco de su señor de un perchero y ponía una moneda en la calefacción.
-Dormimos ya, señor?- propuso, más porque quería echarse a su lado que por tener sueño de verdad.

Belzaias pegó más el chico a su cuerpo, para sentir su fina figura y su calor. Dio un muy leve suspiro, gustandole estar tan cerca de él.
Al rato, llegaron al edificio y puso en el suelo a su humano. Loue llamó a la dama que les abría y pronto, tras subir gradas, estuvieron en la pequeña y pobre habitación del otro.
-Que? Ah si, como quieras.- De hecho si estaba algo cansado, por el viaje entre dimensiones que habia hecho más temprano. Su energia entonces se habia gastado el doble, por tener que llevar al humano a cuestas. No le parecia nada divertido tener que dormir en una cama tan pequeña y menos aun tan sucia....esperen. La cama era muy pequeña para él y Loue, y jamás podria permitir que el humano durmiera en el suelo asi que...solo quedaba...
-Haaa...- Bez se quitó la bufanda chick que andaba y los zapatos, buscando una sabana extra entre las pertenencias del otro y la extendió en el piso. -Yo dormiré aqui...solo por hoy. Mañana nos vamos de aqui.- Le amenazó.

(ni pta idea de como son las cosas en el apartamente de él)

(la cama es onda futon, pero en realidad es un colchón en el suelo y ya 8D)
-Peeeero!!- protestó Loue, alarmado, sentándose en el suelo al lado de su señor. -Pero sí que entramos en la cama los dos, señor.... o-o es decir, en todo caso, usted... No es una cama tan pequeña- se defendió, mirando al colchón que tenía en el suelo. Bueno, antes era peor: tenía una almohada y ya. Ese colchón se lo había dado su vecina, por pena. Antes, Loue dormía en el descanso de la ventana con los gatos.
Los gatos, mientras tanto, andaban haciendo de las suyas junto con Snipy. Loue había resuelto llevárselos a todos, porque eran... eran suyos! Sus mascotas! Chasqueó los dedos llamándolos y todos acudieron, frotándose cariñosamente contra él. El humano se rió mientras los acariciaba, y uno de ellos fue a olisquear a Bez con curiosidad. Snipy iba en la cabeza del gato, piando como si dijera "no le temas que es mi padre!!".
-Si por ahí nos acomodamos, fijo se puede.... es decir, si intentamos- propuso Loue, cubierto de gatos.

Bez miró a los gatos, que no le agradaban mucho, pero si a su humano le gustaba, entonces a él tambien.
Alcanzó a uno y comenzó a acariciarle la pequeña cabeza con las yemas de sus dedos y garras. -Buen animal...- Le dijo, esbozando una leve sonrisa.
Nuevamente miró la cama...para Bez era demasiado pequeña, de seguro no podían dar vueltas comodamente, ni mucho menos tener sexo decentemente...pero como de todas maneras no podía con Loue, eso no importaba mucho.
-Bien.- Dijo, quitandose más accesorios que llevaba y acostandose de lado, debajo de las cobijas y haciendole señas al otro para que se metiera. -La única forma es durmiendo asi, acurrucados.- Ni una gota de verguenza se asomó en su cara.

Loue se quitó a los gatitos de encima con un gesto. Todos se fueron a sus lugares de dormir, que ya los tenían fijos desde que Loue se había ido. Se ruborizó un poco mientras entraba en las sábanas con su amo. Era cálido, toda la cama estaba tan cálida. Snipy voló hacia la pared y apagó la luz de un picotazo para irse a dormir en la cabeza de su gato favorito.
Los gatos maullaron para dar las buenas noches y Loue rió un poco, acurrucándose contra su señor para no caer por el borde de la cama. -Lamento tener que traerlo a un sitio así, mi señor- le dijo tras unos momentos, mirándolo avergonzado. -Todo miserable y así... Hehe, qué vergüenza debe ser para usted estar aquí echado. Le prometo que no se lo diré a nadie!-
Bueno, para cualquier humano vivir así sería bastante lamentable. No había que ser rico para darse cuenta de la situación que llevaba Loue encima.

Bez no desaprovechó la oportunidad para pegarse todo lo que pudo al humano...e ignorar su creciente ereccion que pegaba con la parte de atras de Loue. Oh bien.
-Humano, no seas idiota. Cualquier...- No, no podia decir eso. Jamas, sería muy vergonzoso. Él era un demonio con orgullo y no se dejaba decir cursiladas como esas...pero...

FLASHBACK

-Hey! Regresa! Jaja!- Reia Bez, mientras corría tras un demonio de cabellos cafes y sonrisa brillante. Estaban jugando a atraparse, como todo par de enamorados. Pero como el chico era más rápido por ser más lijero, Bez sacó sus inmensas alas, que todavia funcionaban, y atrapó al otro, tirandose en picada. Los dos rodaron por el jardín de su mansión, quedando Bez abajo y el demonio joven arriba, recostado. Éste lo miró con ojos tiernos, acostandose sobre su pecho y Bez abrazandolo.
-Bez....quisiera a veces que me dijeras lo que en verdad sientes.- Dijo con un sonrojo.
-Te he dicho todo.-
-Eres un mentiroso.- El chico le contestó, oyendo atentamente los tranquilos latidos del corazón del demonio mayor. -Que sientes por mi? Bueno...eso yo lo se, pero....pero nunca me lo has dicho bien.-
-Si lo sabes para que necesitas que te lo confirme? Te lo diré ahora, asi que pon atencion.-
El más joven dirigió su rostro a Bez, mirando intrigado sus ojos.
-Te amo. Me enamoré de ti desde que hablamos en aquella catarata. Te amo, te amo.- Le dijo, con su tipico rostro serio, pero con mirada más apasionada. El otro se sonrojó hasta la medula, y se le lanzó, para besarlo rapidamente.
-Yo tambien te amo.- Respondió, para seguirlo besando.

Bez ahora pensaba que, a pesar que estuvieron juntos varios años luego de eso, él nunca, nunca más, le dijo algo como aquello. Nunca más le dijo que lo amaba, o que era la luz de sus ojos, que era lo que le daba fuerzas en la mañana...y siempre se arrepintió por eso.

FIN DEL FLASHBACK

Bez suspiró, decidido a no volver a cometer el mismo error de antes. -Cualquier parte es buena si estoy contigo.- Dijo por fin. Ojala le hubiera dicho al otro demonio que lo amaba todos los dias, cada cinco minutos. Pero ya no podia volver atras.

Ah, escucharlo decir eso realmente lo hizo feliz. Significaba que su amo lo quería de verdad, sin importar la pobreza o lo miserable que fueran sus condiciones. Sin embargo, Loue hubiera deseado al menos tener una cama de verdad en la cual dormir. Aunque así, juntos los dos, era maravilloso también.
No contestó sino que desvió la mirada hacia su ventana. Las estrellas brillaban radiantes en esa zona de la ciudad, la parte más pobre en donde siempre cortaban la luz eléctrica. Sus gatos descansaban felices y tranquilos en el alféizar de la ventana, formando un corro alrededor de Snipy. Finalmente, Loue cerró los ojos y apoyó la cabeza contra su señor.
-Gracias...- le dijo con una sonrisa, conteniendo la alegría de poder estar así tan cerca de él. Unos meses atrás, ni siquiera se habría atrevido a hablarle por miedo. Ahora no tenía ya de qué temer.

Bez sonrió en la oscuridad y le besó el cabello. -Buenas noches.- Dijo, cerrando los ojos y tratando de dormir en ese colchon delgado y frio.
Mientras en el mundo humano las noches trasncurrian tranquilas, en el infierno Carus se estaba volviendo loco.
Aparentemente ya era de dia, pero no pudo abrir los ojos al sentir un horrible dolor en su cabeza, más especificamente en uno de sus cuernitos.
-Aaauuu....- Se tomó la cabeza, para encontrar que tenia una venda y sus dedos se mancharon levemente de sangre. Corrió a uno de los espejos de la habitacion para ver las vendas algo rojas y tembló con miedo.
-WAAAHHH!- Comenzó a llorar, tanto por el dolor y el miedo, como por la terrible angustia de que "algo le faltaba". -Waaahhh...Hic....wwaaahh!!- Se sentó en el piso desconsolado. Si, sabia que debia verse terriblemente debil y patetico, pero ultimamente estaba muy sensible...desde que probó la sangre de su señor. Bueno, ahora que lo pensaba, podía recordar todo con más claridad. De seguro el efecto estaría pasando pronto.

Luca suspiró y hundió la cabeza en el agua por quinta vez.
Por más que se lavaba y lavaba el cuerpo y el cabello, no podía quitarse el cansancio de encima. La preocupación lo tenía agotado, no podía evitar cada cierto tiempo preguntarse si Carus estaría bien ya. El baño en donde se encontraba era un espacio al aire libre, con bancas de madera y flores. Se habría sentido bien estar ahí, si no fuera por los problemas y el brazo que aún le dolía un poco.
El duque levantó la cabeza al cielo, apartándose el cabello de la cara. Si lo de la guerra era cierto, y los demonios de oriente daban el ataque ya, ellos no tendrían más remedio que regresar. Luca empezaba a desear que Carus nunca hubiera querido irse. Estar fuera ahora, sobretodo en medio de un valle, era peligroso si estallaba una guerra.
Perdido en éstos pensamientos, Luca notó tarde que los sollozos que escuchaba eran de Carus. Pero cuando lo hizo, se levantó nervioso a vestirse e ir a ver qué le pasaba, cómo estaba, si el efecto se había borrado ya. Terminó de ponerse la camisa y el pantalón, y así sin zapatos salió del baño dejando todas sus cosas atrás.
Pero se detuvo, algo temeroso, al frente de la puerta. Y si Carus aún no estaba del todo bien? Decidió no tomar riesgos y llamó a la puerta suavemente, sin querer asustarlo.
-Carus, cómo te sientes?- preguntó, asegurando la puerta por si la intentaba abrir. -Puedo... puedo pasar?-

Carus se sobresaltó al escuchar a su amo...al señor Luca llamar a la puerta. Queria verlo, queria abrazarlo, pero debia ser a causa de la sangre.
-N-No! No entre, por favor...- Dijo, tratando de secar sus lagrimas que no dejaban de salir. -Señor Luca, tengo miedo.- Dijo atrevez de la puerta, todavia sentado en el suelo.
-M-me duele la cabeza...- No recordaba muy bien que le habia pasado, pero debió ser malo. -Y...y me sale sangre de mis cuernos, que hago? Hic...uunnn...- Si el señor Luca lo oía, trataría de no llorar para que no viera lo debil que se habia convertido. -Y si se me caen?!-

-No te preocupes, Carus. Escucha.- Luca se sentó apoyando una oreja en la puerta, resistiendo las ganas de entrar y abrazar a su amado.
-Que te salga sangre de los cuernos es normal y está bien, ya que te los rompiste y eso significa que el tejido se está uniendo. No se te van a caer, de eso me he encargado yo, pero debes tener cuidado y NO TOCARLOS bajo ninguna circunstancia. Así te piquen o algo!!-
Ahora quería decirle que no tuviera miedo, que él siempre estaría ahí para él, para protegerlo de todo. Pero no se atrevió y quedó en silencio, acariciando con los dedos la madera dura de la puerta. Ojalá y pudiera entrar pronto. Desde ayer no había visto a Carus, y para él ya era demasiado tiempo.
-Carus... bebiste de mi sangre. Sabes el efecto que tiene. Aún crees que sigues intoxicado...?-

No debia tocarlos!! Se quitó rápidamente las manos de la cabeza, con miedo de haberlos lastimado más. -Unn...aun duele mucho...- Dijo, suspirando y acercandose más a la puerta, para poder oir mejor a su señor.
-Hmmm? Bueno...no estoy seguro. Siento que...siento que todavia quiero un poco más pero...no es como ayer.- Se sonrojó. Habia dicho tantas cosas vergonzosas. -Lo siento, señor Luca...actué como un loco anoche. Debe pensar lo peor de mi...- Le dijo, bajando la cabeza y poniendo su cabeza entre las rodillas, hasta que su cuerpo se fue despertando un poco más y saliendo del shock, para comenzar a recordar las inmensas ganas que tenia de ir al baño. Carus recordó que desde ayer al mediodia no se "descargaba" entonces su vejiga debia estar bastante llena ya. Se sentó más correctamente y puso una mano en su entrepierna, como para no dejar salir nada.
"No! No debo salir todavia! Por ninguna circunstancia, o podré hacerle daño al señor Luca..."
-D-Disculpe...por favor no entre.-

Más que disgustado, Luca se sentía triste por lo que había pasado anoche. Como él lo veía, la única manera de que Carus le dijera que lo amaba era cuando estaba bajo la influencia de la droga adictiva que era su sangre. Y aunque Carus le insinuara lo contrario, Luca empezaba a pensar que tal vez nunca sería rival para Belzaias.
Era que ambos demonios, pese a ser tan cercanos, eran muy diferentes. Como podría Carus amar a Luca luego de haber guardado pasión por su antiguo amo tantos años? A dos personas tan opuestas, no se las podía querer de la misma manera.
-No pienses en eso, sí...?- lo consoló, levantándose del suelo. -Si te incomodo puedo irme, Carus. Regresaré cuando te sientas mejor.-

No...no podia irse. Si se iba, se pondria a llorar de nuevo.
-No!! No se vaya...M-Me calma escuchar su voz...- Dijo con otro sonrojo, poniendose de pie para buscar por la habitacion algo en forma de baño, pero nada se le aparecia.
-U-um...señor Luca...que hace usted cuando necesita hacer "algo" pero no esta en el lugar indicado?- No tenia la menor idea de como hacerle saber al otro que queria ir al baño, ya que nunca se atreveria a decirlo directamente. Y mucho menos queria salir de la habitacion, ya que no queria volver a lo de ayer.
-Es que...estoy...algo incomodo.-

(pobre DD: SÉ CÓMO ES!! mi profesora en primaria no me dejaba salir a ir al baño nunca!!)

... Incómodo? Luca volvió a sentarse, pensativo. Bueno, parecía que razonaba un poco mejor... Debía estarse pasando el efecto de la droga.
-Espero, Carus, o busco alguna alternativa. Por lo general esperar es la mejor opción...- Con una sonrisa, el duque recordó lo mal que a Belzaias se le daba esperar las cosas. Cuando eran pequeños lo quería todo ya mismo, en ese preciso instante, o se ponía de un humor de perros y no quería jugar con él. Esos días, Luca tenía que sentarse a leer un libro o jugar ajedrez solo a ver si se le pasaba la rabieta a su amigo.
-Qué es lo que te incomoda? Si me dices, tal vez pueda ayudarte mejor.- Le daba algo de vergüenza preguntar eso, pues tal vez era algo que Carus no quería decir, pero por otra parte podía ser algo relacionado con su salud. Era mejor asegurarse.

Carus estaba avergonzado. Esperar. Esa era la clave.
Asi que fue a sentarse en la cama, que estaba menos fria que el suelo, y aguantó las ganas. Pero...podría aguantar hasta mañana? Lo dudaba mucho.
-Ammm...no es importante.- Le dijo, tratando de pensar en otra cosa. -Pero no se hasta cuando podré aguantar...-
Talves deberia darle una pista, para que se diera una idea y pudiera darle un mejor consejo.
-Es que...se trata de la parte de "abajo". Si usted me entiende...- Si, eso le daria la pista necesaria. O eso creia Carus.

Cómo era eso? Le dolía la base de los cuernos? O era que...
No, qué iba a ser eso. Luca se avergonzó siquiera de considerar que Carus estuviera pensando en *placer* en momentos como ese. ... Pero al fin y al cabo, por qué no?? Los demonios eran una raza sexualmente muy activa e "irreverente", como decían los ángeles. Era perfectamente pausible que hubiera algo en esa situación que excitase... Pero no a Carus!! A él no!
Ahora Luca se sentía nervioso. Y si sí era eso? Qué clase de consejo le podía dar así??
-A-ah... entonces supongo que.... que no deberías aguantarte- le dijo en voz algo baja, apartando la vista de la puerta.

-Pero...Pero...- No deberia aguantarse? Pero...alli? Mismo? En sus pantalones?
-Pero...señor Luca...Aqui? En la habitación? No quiero hacerlo pero de verdad, no creo aguantar hasta en la noche... Es mucha la presion.- Dijo, ruborizandose ante la tonta situacion.
-Voy a manchar todo si lo hago ya...- Miró hacia la puerta, luego cerrando los ojos para concentrarse en otra cosa. -Y no puedo pedirle ayuda a usted por...pues...por lo de la adiccion.-

-Si lo manchas, lo limpiaré luego- ofreció Luca, nervioso y ruborizándose al escuchar que "no podía pedirle ayuda". Qué, acaso sí lo habría hecho?
Pero podía ser tan solo por el veneno... sí, probablemente era eso. El duque tragó saliva, tranquilizándose un poco, y volvió a sentarse al lado de la puerta.
-Hazlo si tienes que, Carus, no te preocupes. Lo principal es que tú estés bien- le respondió en tono conciliador, tratando de no imaginarse qué le pasaría si Carus aceptaba la idea. Qué vergüenza, qué vergüenza!!

-Perooo!!- Acaso eso se veia bien en los demonios de alto rango? Ellos se hacían en los pantalones cuando tenian que ir?
-Pero....no! no puedo! Necesito hacerlo en otro lugar! Señor Luca, ayudeme por favor...-
Tragó saliva. Si podía contenerse, estaba mucho mejor que ayer asi que no creia que podía atacar a Luca, trataría de no hacerlo.
-P-prometo controlarme. De verdad necesito que me ayude...Simplemente no puedo hacerlo asi como asi! No! No lo haré aqui! Nunca! Asi que por favor, abrame la puerta! Annhh..... está saliendo algo~ Ya no aguanto más...- Dijo, haciendo su mejor esfuerzo para cerrar sus piernas bien juntas.

La tentación era muy fuerte. Sobretodo porque desde que el viaje había empezado, Luca no había tenido tiempo de... atenderse a sí mismo, por así decirlo. Imaginarse el tener que ayudar a Carus con su problema era potencialmente DELICIOSO.
-S-si lo pones así, supongo que...- Luca se levantó y fue a abrir la puerta, pero paró unos centímetros antes. Se abotonó bien la camisa y acomodó la ropa para al menos verse presentable, aunque estaba todo mojado y sin zapatos y la camisa transparentaba a su piel un poco, y con un suspiro de aliento abrió la puerta de un tirón para que fuera lo más rápido posible.

Carus esperó a que Luca abriera la puerta, dando un suspiro cuando lo vio entrar tan de repente.
El pequeño demonio le sonrió, algo nervioso por la reaccion que pudiera tener su cuerpo. Pero para su sorpresa, fue casi nula.
Al verlo, sentia que lo necesitaba, que queria morderlo, pero bien podia controlarse si no pensaba mucho en el asunto, y esto lo puso feliz.
Estiró sus brazos, como queriendo que Luca lo llevara rápidamente al baño, porque pronto reventaría. Pero igual no quiso decir nada,porque la verguenza era demasiada. Jamas podría decirlo directamente, y quedar como un vulgar demonio el resto de su existencia.