Capítulo III - Viaje al centro de todo [18 +]

(sempai así no puedo viviiiir xD no he dormido nada por estar pensando en una manera de iniciar lemon pero así simplemente no se me ocurre. Sin embargo recuerdo haberlo hecho antes alguna vez, si no una, y de todas todas quiero definitivamente porque también tengo ganas. Solo que no puedo así :T pero podría hacer que si Carus no se aguanta, Luca tenga que llevarlo a bañar con él y en esas circunstancias me parece más razonable :3
Ahora me voy a la escuela, hasta las 6. <3

Yours truly,

Nim<3)

(-w- no es tan divertido, ok, respondeme normal XD)

Carus habia estirado los brazos pero un impulso lo hizo llevarlos entre sus piernas.
-S-señor Luca...Que bien que me abrió, por favor ayudeme, ya no aguanto!!- Trató de pedirle, concentrandose en no hacer un desastre en la cama y avergonzarse para siempre jamás.
Ahora solo tenia que aguantar un poco más hasta que llegara al baño y sus problemas habrian terminado, nada pasaria, nadie se daría cuenta y entonces se volveria a encerrar para no causar más problemas.

(Haz que se le tire o algo -w- o si me quieres dar gusto... 8) )

(no, no quiero :| but oh well)
Luca esbozó una sonrisa, por los nervios combinados con la visión de su lindo demonio. Pasó rápido, casi a zancadas, quitándose el cabello de la cara con un gesto.
Sintió que tenía qué, y al detenerse frente a Carus lo levantó cargándolo. Qué ligero le parecía desde la última vez que lo había tenido en brazos! Esto lo preocupó un poco. Sería que no estaba comiendo bien, o que estaba estresado...? Sería culpa del viaje? Lo recorrió con la mirada, de arriba abajo, lentamente. Cómo lo quería. Y no quería su cuerpo o sus favores, lo quería a él, quería poder amarlo sin miedos ni peligros. Y tal vez así podría probarle que era capaz.
Levantó al otro demonio hasta tenerlo más cerca a sí, perdiéndose un poco en el color de sus ojos antes de rozar sus labios contra los de Carus, olvidando los días y horas al besarlo. Y en el beso recordó algo que casi lo hizo sonreír con los ojos cerrados, esa otra vez.

(cual otra vez? xD)

Carus sintió como Luca lo alzaba y lo abrazaba tiernamente en sus brazos. Ah, se sentía tan bien. Todavia tenia impulsos de morderlo y comerlo entero pero se podia acercar a él sin problemas.
-Ah, señor Luca, aho...- Le iba a pedir por favor que lo llevara pero un dulce beso hizo que olvidara sus palabras. Cerró los ojos y rodeó su cuello con los brazos, disfrutando cada momento. Entonces bajó una mano a su entrepierna, para que no escapara ni un poco del contenido de su vejiga, aunque su mano se comenzó a mover sola, masajeando suavemente y sintiendo como se endurecía.
Esto era malo. Estaba disfrutando mucho del momento a pesar de que el amo no debería estar aqui, tan cerca, y que deberia haber ido al baño desde hace tiempo, asi solo se llevaría una verguenza más tarde.

(pues esa en la casa de Bez :3 la otra vez! que Carus medio que no quería pero luego ve que Luca es todo gentil and stuff)

Con cuidado de no ser muy brusco, Luca se acercó más a su amado demonio y lo llevó de vuelta a la cama. Lo dejó apoyado en las almohadas, arrodillándose sobre él, sin dejar de besarle. Así pudo liberar una mano y acariciar las mejillas de Carus, pasar los dedos por su cabello y bajarlos haciendo un camino por la piel de su cuello hasta su pecho. Ahí se detuvo un poco, acariciándolo con cariño.
Bajó un poco más, dejando un poco el beso para respirar, y jugando por la piel que asomaba bajo el borde de la camisa del otro. Se sentía suave y cansada, pidiendo un respiro. Al bajar un poco más, por accidente, tocó con la mano de Carus. Entonces la tomó y empezó a moverse de la misma manera, siguiendo junto a él.

Esas caricias, esos besos tan tiernos...por eso le encantaba el duque. Amaba que lo tocara y que lo hiciera suyo.
Suspiró cuando el otro imitó su mano, en esa parte prohibida pero al mismo tiempo tan exquisita. -Ah...señor Luca...No sabia...-
"No sabia que venia de este humor..." Pensó que eso era raro en el demonio mayor, ya que era uno muy sensible y decente....tal vez demasiado decente. La última vez que lo hicieron fue en la mansión de su ex amo, y eso fue ya hace bastante.
La verdad, estando en esa posicion, no le importaba mucho que mosca le habia picado, ahora solo queria sentir todo tipo de cosquilleos, y sus suaves manos de cientifico haciendolo suspirar.

El duque se inclinó más hacia delante, besando una mejilla de su demonio con suavidad. Le gustaba todo sobre Carus, cómo olía y cómo tenía esa manera tan dulce de suspirar cuando lo tocaban.
-Sabes que te quiero...- le susurró al oído, irguiéndose mientras le sonreía. No quería dejar de verlo a los ojos, pero era difícil no distraerse. Aunque su posición era una bastante comprometida, incluso incómoda si lo pensaba mucho, no subió la fuerza ni el ritmo de sus caricias. Quería saber cómo lo hacía Carus cuando se tocaba, a qué estaba habituado.
Probó a buscar con una mano bajo la ropa de su demonio, sin ser muy rápido o invasivo. Temía un poco asustarlo, darle cualquier motivo para rechazarlo. No ahora que estaba a medio camino.

¿Que estaba haciendo Luca? En verdad quería sexo en un momento como ese? Habia venido tan de repente...
-Ammm...no...- No podía relajarse, pero las suaves manos de su señor y las caricias lo hacían olvidarse de todo, incluso de la necesidad que tenia su cuerpo de beber su sangre.
-No...por favor...- Decía entre largas respiraciones. Sabía que no podían seguir o algo horrible ocurriría, pero quería hacerlo, quería sentir más.
-Ah~ Más....- Se contradecía, pero ahora era imposible parar, dejar de sentir sus dedos y ver su rostro tan de cerca.

(ok me pareció cruel contigo XD asi que no haremos lemon fetichista XD me dio culpabilidad)

(gracias ouo eres lo más)

-Ojalá fueras mío- dijo Luca, un poco para sí, mientras se agachaba al tiempo que llevaba hacia arriba la camisa de Carus. Y bueno, el pequeño sabía perfectamente que al duque le gustaba. No había caso en negarlo.
La piel de Carus se veía tan blanca que el duque tuvo que inclinarse a besarla para sentir su calidez, el olor leve de su cuerpo. Lento, gentil, fue subiendo con sus besos mientras ligeramente daba fuerza a sus caricias.
Por más de que supiera que ese cuerpo aún no era suyo del todo, poco daño le hacía. Incluso si no pudiera tocarlo así, el duque era feliz de estar a su lado y poder protegerlo, poder andar con él. Era un privilegio.

-Hhnnn...Señor Luca...- Suspiró de nuevo al sentir sus calidos labios en su piel. Se sentía delicioso, sentir tanta delicadez de parte de un poderoso demonio, como nunca antes lo sintió con Bez. Y nunca más lo sentiría.
Apesar de todo el estímulo, Carus sentia verguenza, porque recordó que no se había bañado. Baño. Necesitaba ir al baño.
Abrió sus ojos de repente y puso sus manos en los hombros del otro. -No...señor Luca...espere....yo....- Jamás podría decirlo. Su ser timido se apoderó de él y, viendo que no podía hacer nada por convertirlo en palabras, usó su angustia para empujar al demonio hacia atras.
-No!- Hizo lo que pudo por escabullirse y salir corriendo, pero en medio del cuarto se tropezó. Allí su vejiga debió golpearse, porque no pudo resistirse más y comenzó a sentir algo calido en sus pantalones.
-No...no....- Pero no pudo contenerse. Asi que tapó su rostro con sus manos y comenzó a llorar de la verguenza, mientras mojaba el piso.

El duque estaba a punto de llegar a los labios de Carus nuevamente, cuando se sintió empujar y de la sorpresa poco faltó para que se cayera de la cama. No se sintió tan herido como apenado.
Sí, lo habían rechazado. De nuevo. En ese momento Luca empezó a preguntarse qué sería lo que él NO tenía. Debía haber una razón, una buena, por la que Carus no quería estar con él. Sería algo en su físico? O en el cargo que ostentaba? O tal vez... en ser tan cercano a Belzaias? Fuera lo que fuera ese algo, el duque deseaba con todas sus fuerzas que se esfumara. Si tan sólo Carus se lo dijera de frente, para poder saber cómo cambiar.
Pero pronto dejó de pensar en esas cosas, cuando vio caer a su amado. Fue entonces que se levantó de la cama y se apresuró a su lado, arrodillándose para ver si no estaba herido... y notando que había un líquido en el suelo.
-Carus, estás bien? Te has golpeado?- Quiso ponerle una mano en el hombro, acercarse más a él. Pero no se atrevió, y se quedó a su lado intentando ver qué le pasaba. Sabía que lloraba, podía oírlo, pero si se acercaba y lo abrazaba corría el riesgo de ser rechazado de nuevo. Y ésta vez le habría dolido.

(nooo, mi Luca XD)

-N-no se acuerque...- Le dijo, enconrbandose un poco de la pena que sentía. -No me vea...-
No podía creer que de hecho le habia pasado. Habia todo un desastre en el suelo y su señor estaba alli para verlo. Ahora de seguro siempre le daria asco estar cerca de él y lo rechazaría.
-Lo siento...Perdoneme, no me castigue, por favor. Es que no me aguanté y la puerta estaba cerrada...- No sabia ni como explicarse ni que hacer. Asi que siguió sollozando quieto en ese lugar, mientras su vejiga se terminaba de vaciar. Ya que, si lo habia hecho ahi, mejor seria que terminara de hacerlo. Se habia convertido en un ser terrible.
-Por favor vayase...Yo iré a limpiar.-

No tardó mucho para que el confundido demonio se diera cuenta de lo que estaba pasando. De lo que había pasado. Una sonrisa se extendió por su cara mientras se arremangaba. Así que, después de todo, Carus no le había pedido ayuda con "eso". Él sólo había querido ir al baño. Claro, Luca debió haber esperado algo así... Toda esa situación era demasiado buena. Demasiado idílica.
-Perdóname, Carus- dijo suavemente, abrazándolo por la espalda. Y, si no tenía nada que perder? No le importaba ni siquiera mancharse la ropa.
-Debí saber lo que necesitabas desde un inicio. Estuvo mal de mi parte, así que...- El duque se levantó de nuevo, dándose vuelta para salir.
-Espérame un poco, por favor. No demoro nada.-

Carus se dejó abrazar, estando algo necesitado de cariño, ya que nunca lo había tenido.
-Ah?- Carus miró con sus ojitos inundados de lagrimas al demonio mayor, y lo miró irse de la habitacion.
"No esta enojado?" No sabia que tenia planeado, pero se quedó alli donde estaba, con un poco de miedo aun asi.
Carus estaba algo confundido en sus adentros, ya que hasta lo que llevaba de vida, no habia conocido a un demonio de clase alta que tratara a un esclavo asi. Es mas, no habia conocido a otra persona que lo tratara con tal delicadeza y dulzura. Algo en el era diferente, algo que lo hacia sentir mariposas en el estomago...debia ser su sangre. Y el señor Luca debia buscar su cuerpo, porque no habia manera posible que le gustara a otra persona. Simplemente no podia ser.
Con este pensamiento que gradualmente llenaba su corazon de oscuridad, comenzó a llorar nuevamente, pero con una expresion vacía en su rostro, como si fuera una muñeca de porcelana de la que le brotaban gotas de agua de los ojos.

Fuera, Luca estaba inventando una buena mentira para que le prestaran un trapeador y un cubo de agua. Luego de contar una algo larga historia sobre resbalones, jabón jabonoso y agua, logró que la tendera le diera (con algo de mala gana) lo que necesitaba, y con eso volvió a la habitación.
Al entrar se encontró a Carus llorando de nuevo, y preocupado dejó las cosas a un costado y fue a arrodillarse al frente del demonio menor.
-No llores, Carus. No tienes por qué llorar. No pienses en eso, sí?- Así, llevó una mano a sus mejillas para limpiarle las lágrimas. Resistió, sin embargo, la enorme tentación de beber de ellas. Sin saber qué más podía hacer, se acercó y apoyó la frente contra la del otro demonio. Antes, cuando Belzaias se ponía de ya muy mal humor, Luca hacía eso y el otro se tranquilizaba. Tal vez funcionaría también con Carus.

Carus abrió los ojos al sentir la frente del otro, su rostro tan cerca y tentador.
-Señor Luca...Perdon, mire, yo limpiaré pero por favor vayase. No quiera que se ensucie, ni que me vea asi...-
Queria irse, pero no se movió. Luca le daba paz, lo tranquilizaba y nunca lo castigaba, no importa lo que hiciera. Al pensar en esto, su corazon latió fuerte, como dandole un aviso que algo estaba cambiando, sus sentimientos se estaban transformando. Pero esto Carus no lo notó, ya que su mente estaba muy concentrada en retener las lagrimas y dejar de hacer el ridiculo.

-Luego le explicaré todo...Y tambien a la señora del hospedaje... Lo siento tanto, parezco un niño.- Se disculpó una vez más, juntando sus manos.

Luca se apartó un poco y le arregló el cabello a Carus, sonriéndole con cierta complicidad.
-La señora no tiene por qué saber~- Tomó las manos de Carus, manteniéndolas juntas y apretándolas un poco en cariñoso consuelo. Luego se levantó, ayudando a Carus a hacer lo mismo, y rápidamente miró alrededor.
Limpiar no iba a ser tan difícil, ahora lo importante era limpiar *a Carus*.
-Vas a tener que darte un baño- pensó el duque en voz alta, paseando pensativo por la habitación. -Ven conmigo, que los baños están cerca. Te llevaré para que te asees, mientras yo me ocupo del piso.-

Carus sintió su rostro calentarse por un seguro sonrojo y solo pudo asentir.
-Si, señor.- Le dijo, tomandolo de la mano para que lo guiara. Porque era tan bueno con él? Que habia hecho Carus de bueno para que le tocara la bondad de su señor?
Carus caminó con él por los pasillos, volteando para ver que nadie lo viera en esos pantalones vergonzosamente mojados.
Mientras iba de camino, se le ocurrió algo, algo que lo haria feliz pero no sabia como lo tomaría Luca.
-Señor...puedo hablar con usted luego?- Preguntó, inseguro.

-Puedes, cuando estés aseado. Yo te esperaré- le contestó Luca, que iba más o menos a prisa para evitarle a Carus pasar vergüenza. Para su buena suerte, nadie los vio y pudieron llegar a la puerta de los baños sin mayor eventualidad. Luca abrió la puerta para dejar que Carus pasara.
-No te apures, ya sabes en dónde encontrarme cuando termines.- Luca le sonrió de nuevo y partió a limpiar la habitación, pidiendo de paso que le prestaran una pijama o algo así que le pudiera quedar a Carus. No iba a ponerse esa misma ropa, aaaah no.

Carus lo miró, con una dulce sonrisa.
-Gracias, señor Luca... De verdad le debo mi vida.- Él había hecho tanto por Carus, desde defenderlo de Bez, hasta acompañarlo a ese viaje y ayudarlo en todo lo que pudiera. Era increible.
Carus entró al baño y se quitó la ropa, metiendose poco a poco al agua caliente.
-Haaa~ Que bien se siente...- Tomó las sales y el jabon y comenzó a limpiarse bien en todas partes. También se lavó con cuidado el cabello, tratando de lavar la sangre que quedaba y sin lastimar más sus cuernitos. Cuando ya estuvo todo limpio, se recostó a la pared del baño y cerró los ojos, recordando todo lo que habia pasado. No sabía que haría para pagarle a Luca, pero ya se le ocurriría algo.
Su menté divagó hasta recordar lo que estaban haciendo antes del accidente. Luca tocando todo su cuerpo, mientras lo besaba y lo recostaba en la cama. Abrió los ojos y se aseguró que nadie estuviera cerca, para luego mover una mano a su miembro y comenzar a masajearlo.
-Mmm...aahh...-
.....

Luego de llegar a su climax y relajarse un poco más, Carus salió del baño y se envolvió en una toalla que estaba allí para los huespedes. Luego salió por la misma puerta, viendo si Luca todavia estaba por allí. No podía vestirse con su ropa porque estaba...toda sucia.

La pijama estaba doblada limpiamente sobre la cama. Tomándose su tiempo, el duque limpiaba a fondo el suelo de la habitación con el trapeador que había llevado. Luego iba a tener que bañarse de nuevo, pero ahora no había prisa. Estaba mucho más tranquilo, pero algo triste, porque en el silencio tenía mucho tiempo a pensar.
O más bien, de divagar. Cuando Luca pensaba, pensaba en su trabajo o cosas así. Cuando divagaba recordaba cosas, y no siempre eran buenas. Y ahora su mente orbitaba confusa alrededor de Carus, pero trató de apartar los pensamientos concentrándose más en su labor.
Volteó para cerrar la puerta y notó entonces que Carus había salido ya del baño. Sonrió un poco para sí y salió llamándolo para que entrara a la habitación a cambiarse.

Carus notó a Luca fuera de la habitación y corrió hacia él con una sonrisa y un sonrojo.
-Señor Luca...muchas gracias, no se que decir.- Miraba hacia el suelo, sosteniendo la toalla para no quedar desnudo, aunque a esas alturas no importaba tanto.
Carus entró a la habitacion y tomó la pijama, yendo detrás de un biombo que estaba en medio del lugar. Alli, mientras se cambiaba, aprovechó para terminar de agradecerle.
-Si hay algo que pueda hacer, por favor dígame. Ha sido usted muy amable todo este tiempo... Y con usted no se que hacer. La única manera de agradecer que el amo Belzaias me enseñó es...- No tenia que terminar la frase, ya que si Luca lo conocia bien, entonces se imaginaría que tipo de "remuneracion" estaba hablando el pequeño demonio.

-Te entiendo- cortó Luca, algo nervioso. No estaba seguro de querer eso como remuneración. Si alguna vez Carus se decidía a dormir con él, que fuera por cuenta propia y no por costumbre.
-Y no tienes que pagarme nada- añadió dulcemente, siguiendo con su labor de limpieza. -Con que me dejes estar contigo es perfecto. Sólo que, a partir de ahora... voy a tener que andarme con más cuidado.- Lo último que deseaba el duque era volver a repetir la experiencia de la sangre. Ahora intentaría no lastimarse tanto al pelear con lobos semi-monstruosos.
Y pensando en eso... Luca estaba seguro de que es criatura horrenda seguía rondando por ahí. Esa misma tarde, iría a darle caza. No podían seguir viajando amenazados de esa manera.

-Ah...si...tiene razon, señor.- Carus terminó de cambiarse, algo triste ya que no podia acercarse tanto a Luca como antes...o no? Acaso no estuvo cerca de el toda la mañana?
Pensando en eso quiso experimentar un poco, asi que salió del biombo y caminó hacia Luca. -Señor, puedo preguntarle algo?- Dijo, poniendo sus manos en el pecho del otro, tratando de no respirar mucho su esencia.
-No quiero comprometerlo a nada...es solo que...- No sabia si decirlo o no, pero esa duda lo habia estado asaltando varias veces. Solo que no sabia como responderia el otro demonio.

Luca sonrió al verlo avanzar hacia él, y más al sentir sus cálidas manos en su pecho. Había un algo en ese gesto, como en muchas de las cosas que hacía Carus, que lo enternecía. Desde siempre le había visto encanto y no sólo porque no fingiera que Luca le caía bien, no sólo por ser difícil de conquistar para él. Era un aura que tenía en general, sus maneras amables y algo avergonzadas de dirigirse a los demás.
-Es sólo que...?- siguió el duque, entrelazando sus manos con las del otro. Podía darse esa pequeña licencia. -Pregunta sin miedo. A todo lo que preguntes, responderé.-