Capítulo III - Viaje al centro de todo [18 +]

Carus se quedó inmovil ante el inocente beso que le había dado su señor. Sí, ya habían hecho mucho más que besarse pero de alguna manera ese gesto le pareció tan tierno y sin malicia que no pudo evitar sonrojarse.
Así que se quedó ahi por unos instantes mientras veía a su amo desaparecer tras la puerta del baño. Sin darse cuenta levantó una mano hacia su frente y se sonrojó aun más. Estar en la casa de Luca lo hacía todo diferente, se sentía más extraño y por alguna razón sintió que su relación había cambiado drásticamente.
Respiró para salir de su trance, tomó más fuertemente su maleta y dio media vuelta para buscar los cuartos de los sirvientes.

***

En la tierra, un humano y un demonio eran, pues, felices. Descubriendo su amor entre un jardín lleno de flores y aves...hasta que...
El pajarito azul llamó la atención de sus dos padres hacia un hombre que se acercaba lentamente, seguro con las mejores intenciones, pero a Bez no le gustó.
-SSsss!!- Siseó y dio un paso atrás al sentir un aura espectacularmente blanca y pura. -Sabía que este lugar no era normal! Hey tu, que haces acercándote?- Le dijo al nuevo acompañante.

Loue se quedó en silencio, observando al hombre que venía a recibirlos con una sonrisa. Había algo en esa persona que le agradaba, era como si encajara con la paz de ese jardín.
El nuevo en cuestión era no demasiado alto. Llevaba una chompa de hilo de color claro, pantalón beige y mocasines. Su cabello, de un color que bien podía ser castaño o miel, iba en ondas hasta casi tocar sus hombros. Y sus ojos, reflejando el cielo, les sonreían a ambos.

-Venía a darles la bienvenida, a tí y a tu acompañante. Belzaias, no? Soy Eliah. Es un gusto tenerte aquí, no vienen muchos de tus tierras al Pearly Gate- comentó alegremente, saludando a Loue con una ligera inclinación de cabeza. El humano respondió el saludo y se adelantó un poco, ya sin sentirse intimidado.
-Acabamos de llegar! Me encanta el jardín, es precioso- alabó el joven, mirando alrededor.
-Ah, está hecho para agradar. Es bueno que les haya gustado- sonrió Eliah, que ya había visto que éste pequeño era humano. Pero no se preocupaba.

Bez no respondió, más bien profundizó su expresión de enojo. Con que sabía su nombre, y más aún, sabía que iban a venir.
Estando seguro de lo que era ese extraño, dio un paso adelante y trajo hacia sí a su Loue, tomandolo desde el hombro con un agarre suave pero seguro.
-Aléjate de él, humano.- Le ordenó. -Nos vamos ya de este lugar.-
Definitivamente no iba a dejar que Loue se mezclara con esa especie que había arruinado a los demonios, esa especie tan odiosa. Además no a él en específico, con esos ojos que mostraban una sonrisa pero que ocultaban un motivo.

El ángel, que eso era, no pareció inmutarse ante la reacción de Belzaias. Eliah se esperaba algo por el estilo, aunque no todos los demonios eran tan poco sutiles. Se encontraba frente a alguien de la nobleza, y ellos tendían a comportarse de manera menos paciente.
-Ah, no, por favor. No tienen que irse por mí! No quería incomodarlos. Sólo venía a ver cómo estaban; hago eso con los que vienen a hospedarse aquí. Disfrutas de tu viaje?- preguntó, mirando a Loue, que aunque algo extrañado por el recelo de su amo respondió con una sonrisa.

-Sí, sí. Viajar con mi amo es muy placentero- dijo, e inmediatamente se mordió la lengua, porque la palabra "amo" no era muy normal por esos lares.
A Eliah le apareció un fugaz brillo de curiosidad en los ojos, pero no dijo nada más. Eso tranquilizó a Loue, que le siguió hablando.
-He escuchado cosas muy buenas de éste hotel. Quise trabajar aquí una vez, pero no me aceptaron. Fue una pena, ahora que lo veo desde adentro!-

(Nim, no se como aguantas mi manera de escribir XD A veces me pongo a leer mis posts y me digo "que demonios quise decir con eso?..." )

Bez se calmó un poco al oír que a Loue no le incomodaba viajar con él. Apostaba que hasta se divertía aunque tuviera que soportar sus regaños. "Debería ser aún más indulgente con él." Pensó.

-Una pena?...Humano, eres tan ingenuo! Trabajar aquí habría sido tu perdición!- Bueno, siendo un humano, más bien lo hubieran protegido, pero para Belzaias todo lo que fuera divino era repudiado.
-Tienes que agradecer que caíste en el Infierno primero... y más aún en mis territorios! Bueno, ahora vámonos, no quiero que te...mch, vamos!- Iba a decir algo escandaloso, algo de lo que se arrepentiría. "No quiero que te haga cambiar de parecer y quieras irte de mi lado." Jamás lo diría.

(a mí me encanta cómo escribes <3)

-No te aceptaron? Qué extraño- dijo Eliah, verdaderamente preguntándose por qué no habrían dejado entrar a trabajar a un joven tan formal y amable como aquel. Pero Él que designa los caminos probablemente tenía otros planes para Loue, así que el ángel no lo pensó más. Viendo que molestaba a Belzaias, cosa harto comprensible, Eliah respondió a la mirada de disculpa del humano con una sonrisa y dio un par de educados pasos atrás.

-Supongo que querrán comer, ahora. No los distraeré más: el restaurante está pasillo abajo, sólo un poco más allá de donde entraste, Loue. Que disfruten su estadía aquí!- Con esas palabras, Eliah dio la vuelta y se alejó al fondo del jardín. No llevaba prisa y no tenía nada que hacer, aparte de disfrutar la belleza de esa tierra.

Apenas lo vio irse, Loue miró a su amo.
-Señor, quién era él?- preguntó con una sonrisa de curiosidad, pues no podía evitar notar la antipatía que Belzaias profesaba hacia Eliah y se preguntaba si se conocían.

(*u*)


El demonio miró con desconfianza como el extraño se perdía de vista en los jardines, y hasta ese entonces pudo soltar a Loue y relajarse.
-Yo que se, no lo conozco. Pero se que no debes acercarte a él.- Dijo, tomando al humano por ambos hombros para voltearlo y así obligarlo a mirarle a los ojos. -No le hables. Si lo ves venir, escóndete o búscame, pero evítalo.- Una gran mano se movió hasta posarse en la mejilla del chico. -Lo dijo por tu bien. Ese tipo puede verse muy amable pero no es lo que piensas...es una peste!- Acarició la suave mejilla y lo dejó ir. -Ya estás advertido.- Esta vez lo había dicho por las buenas, ya que sabía que Loue era obediente, pero si lo veía cerca de ese ángel, no sería tan sutil.
-Bien, en realidad pensaba irme de inmediato pero a decir verdad, no quiero saltarme el desayuno. Vamos al restaurante, creo que allá no nos molestará.-

El humano escuchó todo con una atenta expresión de obediencia, aunque dentro suyo sonreía. Qué pasaba? Acaso Belzaias pensaba que Loue podría llevarse tan bien con ese extraño, que no querría seguirlo más?
Loue asintió, sin poder quitarse aquel agradable pensamiento de la cabeza. Rodeó uno de los brazos de su amo, caminando hacia el edificio. Snipy fue a reunirse pronto con ellos, sentándose en el hombro de su padre tranquilamente.

Mientras se sentaban a la mesa, el joven pensaba en lo fácil que había sido tratar con Eliah. Aunque sólo lo hubiese visto en esos pocos minutos. Alguna vez Loue había conocido a otra persona así, alguien que pasó fugazmente por su orfanato cuando pequeño. La tranquilidad de esa visita no se le fue en días. Qué sería que tendría la gente así?

El restaurante también tenía un ambiente muy calmado. No había música y la luz era leve, con velas en las mesas. La gente conversaba en voz baja, y muchos miraban por la ventana hacia el jardín. La estancia tenía columnas de decoración griega, simples y limpias, blancas como las paredes. El suelo era de madera, y el uso le daba un brillo agradable. Aparte del caminar de los mozos, el único sonido de fondo era el leve rumor del arroyo afuera.
Arrullado por el ambiente, Snipy se acomodó dentro de una servilleta a tomar una siestecita. Ya había comido afuera con los otros pájaros, y era tan rico estar ahí.
Loue lo dejó hacer y alcanzó la carta a su amo.
-Qué quiere comer?- le preguntó, no habiendo elegido él, pues le parecía lo correcto que Belzaias decidiera por ambos.

El demonio estuvo complacido con la atención del humano. Caminó con paciencia hacia el restaurante para disfrutar del momento. Pues, si, todavía le quedaba algo de enfado por haberse encontrado a ese ángel metiche, pero en realidad otras cosas lo compensaban. Una de ellas era el joven que llevaba del brazo, y aunque no lo quisiera admitir, el calor del pajarito azul en su hombro. (Dijiste padre, supuse a Bez xD)
Llevó un dedo hacia él para acariciarlo...ya le había encontrado la gracia a sentir sus pequeñas plumas.

Llegaron a su destino y Bez se sentó al frente de su querido humano, mirando el menú. No sabía de que tenía ganas. Tal vez algo sencillo.
-Café negro. Huevos benedictinos...Si, eso. Ordena, no tengo ánimos de tratar con humanos.- Excepto Loue, claro. -Y tu que quieres? Elige algo que te llene, porque luego saldremos.-

(sipos, Bez, porque Loue es la madre x3)

Ah, así que él podía elegir? Bueno! Loue le dio una rápida mirada a la carta, teniendo en cuenta de que debía ser un plato más o menos sustancioso. Se quitó los lentes, para ver mejor, dejándolos sobre la mesa.
Algo sustancioso... para él eso era...

-Qué se les ofrece ésta tarde?- preguntó un atento mozo, inclinándose hacia ellos. Loue le pasó la carta y contestó con voz decidida.
-Para el señor café negro y huevos benedictinos. Y para mí, un plato de spaguettis a la carbonare con ensalada y un vaso de éste... Chateau Margaux? Sí, gracias. Ah, ve si puedes traer algo de pan, por favor.-
El mozo, que había anotado todo, asintió y se dirigió a la cocina a comunicar el pedido. Loue tomó la servilleta frente a él y la puso sobre sus piernas.

-De repente tengo más hambre que nunca, señor. Será que desde... desde ayer no comemos nada! Lamento mucho que además haya tenido que pasar la noche en mi depa- se disculpó, preguntándose si dormirían esa noche en un hotel o si regresarían ya al otro mundo. En ese caso debía ir al edificio, a buscar a sus gatos.

Espera, qué era eso de almorzar de mañana?
Bueno, cuando Loue vivía en esa ciudad, no tenía nunca tiempo de cocinarse el desayuno. Lo que hacía, pues, era comer de frente las sobras del almuerzo del día anterior. Viviendo con Belzaias se le había ido ese hábito, pero ahora que volvía a su tierra sentía que debía ser así.

(no era de mañana? XD )

-No importa. Fue solo una noche.- Si le importaba, pero Loue extrañaba a sus felinos, eso se veía a leguas. -Pero hoy si me gustaría dormir más cómodamente.- Miró distraído hacia afuera y luego al pajarito.
Le gustaba como a veces se formaba un cómodo silencio entre ellos. Simplemente no era necesario llenar cada momento con palabras.
Ahora miró hacia su sirviente y sintió algo dentro suyo.
-Sabes, humano, me gustan tus ojos...me gusta como te ves sin anteojos.- Le dijo sin remordimientos. Tal vez estaba algo cansado de ir con rodeos y ocultar las cosas obvias.
Pues, se levantó un poco, puso una mano en la barbilla de Loue y le dio un tierno beso en los labios. Al separarse, miró por un segundo a aquellos divinos e inocentes ojos, para luego inclinarse de nuevo y darle otro beso. Sus labios eran dulces. Era una delicadez.
Lo dejó ir y se volvió a acomodar en su lugar. -También me gustan tus labios.- Dijo, poniéndose la servilleta en las rodillas.

(fixed it. y casualmente estaba sonando ésta en el playlist ouo https://www.youtube.com/watch?v=tt1gjpn-sBk vamos a hacer que les pase algo malo luego, no? no sería justo si no, considerando lo que hacemos pasar a las otras parejas)

Ese beso no fue una sorpresa: el momento había de desembocar ahí, por el ambiente, por el silencio, la música baja en el fondo. En esa mesa, le pareció a Loue mientras cerraba los ojos, el tiempo pasaba más lento; debía de ser su amo, alargando los minutos de una mirada.
El humano sintió ganas de decir eso, pero la parte esclava de su mente le susurró que tal vez no era la mejor idea.

-Gracias, señor, a mí también...- NO NO QUÉ HACES?
-Quiero decir! También me gusta usted- añadió apresurado y confuso, porque una mitad suya se estaba riendo por la idiotez y la otra quería tirarse a un foso.
Había arreglado la situación o la había arruinado indefectiblemente? Loue se quedó con la vista fija en Bec, medio con miedo, medio con expectativa. Y cuando iba a llegar la comida? Se estaban demorando a propósito o qué? (Loue no podía recordar que sólo hace cinco minutos habían ordenado.)

Bez, a pesar de la respuesta positiva de su joven sirviente, reaccionó con un poco de... ¿sorpresa?
Abrió sus ojos un poco y luego trató de aclararse la garganta, para disimular, fallidamente, su reacción. Evitó la mirada de Loue, haciendo que observaba a los meseros moverse o algo.
Es decir, ¿que clase de respuesta fue esa? ¿Lo había...rechazado? Era como si Loue no entendiera sus indirectas no tan indirectas...o tal vez si las entendía pero no quería corresponderle a su amo.
-Ahhmm...¿Porqué dura tanto la comida?- Sabía que jamás podría estar lista en tan poco tiempo, pero fue lo único que se le ocurrió para llenar el silencio, ahora incómodo, que se había formado entre ellos.
No era como si no se hubiera sentido desanimado por la forma en que respondió, pero no estaba en su naturaleza renunciar. Haría nuevos esfuerzos y los haría esta noche.

Aay, que sí lo había arruinado. Qué horror! Loue! Qué has hecho? Idiota! Loue se pateó mentalmente un par de veces, juntando las manos en la mesa porque ya no sabía qué hacer con ellas. Se había puesto nervioso. Esa salida entera contaba como una especie de cita. Y hasta ahora no lo estaba haciendo bien. Pero Loue no había tenido guía en lo romántico, y se sentía completamente perdido.
Una conversación! Necesitaba un tema. Uhm. Aves, a él se le daban muy bien.
-Supongo que se estarán demorando en cocinarla. Los lugares de calidad son así, mi señor, al menos en la tierra- le sonrió Loue, un poco para hacerle saber que estaba en buena disposición.
-Mientras esperamos, tendría a bien hablarme de nuevo sobre las especies de aves infernales? Realmente estoy muy interesado en ellas. Hasta ahora he observado al menos veinte, contando a los alcaparones, pero tengo entendido que la fauna es mucho más extensa que la humana...?-

Una conversación. Perfecto, así podría pensar en otra manera de acercarse más al chico. 
-O-oh, si, por supuesto.- Se aclaró la garganta y tomó una posición más natural en su silla. 
-Hace muchos años Luca me enseñó algo sobre las criaturas de tu mundo, y también nos tomamos una década sabática cuando éramos jóvenes...ya sabes, para explorar un poco los diferentes ecosistemas.- Acercó una mano al pajarito que estaba durmiendo en la mesa, para arroparlo con la punta de la servilleta que se había corrido por el suave viento que probablemente provenía del jardín. No vaya a ser que se resfriara. 

-Me gustaría que conocieras una hermosa especie de ave, los flogorones. Por su nombre no indica mucho, pero estoy seguro que te gustaría verlos. Son más pequeños que un alcaparón adulto. Tienen un pico pequeño y largas patas cubiertas de plumas rojas. Verás, son aves volcánicas; viven cerca de los volcanes y los ríos de lava en el subsuelo. Se alimentan más que todo de rocas y ceniza, y es por eso que sus plumas son duras...y esa es la razón por la que no pueden volar. Es una lástima, pero gracias a sus patas largas, pueden brincar de roca en roca y planear.- 

Cuando más emocionado estaba contándole al humano, el mesero llegó con una canasta llena de pan fresco, junto con una jarra de agua y dos vasos. 
-Ah, pues si...- Se dio cuenta que no había hecho otra cosa que bombardearlo con información, pero suponía que a Loue no le molestaría tanto, ya que le quedaba claro que le gustaba ese tipo de temas. -Tal vez algún día podamos ir a verlos. Claro, si quieres.- Dijo, tomando su vaso y dando un par de tragos.

Gracias al tema de las aves, Loue había olvidado completamente su nerviosismo para dejar salir al profesional que había en él. Aves de plumas duras, hábitat volcánico....? Sonaba más que fascinante! El infierno debía tener tantas especies raras y nuevas que él podría estudiar!
El humano apoyó la cabeza en las manos, escuchando con atención lo que su amo le contaba. Cuando llegó el pan, lo tomó y empezó a partir pequeños trozos para metérselos a la boca. Tenía hambre, pero no quería comer como un salvaje.

-Ir a verlos, de verdad? Me encantaría! Estoy seguro de que varios estudios pueden aplicarse al ave... Podríamos encontrar variaciones en la especie, o rastrear su árbol evolutivo si es que descubrimos asentamientos con restos de sus huesos... Aunque eso necesitaría de un arqueólogo y un paleontólogo. ...! Uhm- Ya se había puesto a hablar extraño de nuevo. -Disculpe- rió, comiendo algo más de pan.
-Hablando de ésto, señor. Cuando regresemos deberíamos ver que el huevo que el alcaparón estaba empollando esté bien. No sé cuándo estará cerca a su etapa de eclosión, por eso deberíamos llevar una agenda de los cambios que experimente éste.-

(Damn it's been so long...no me acuerdo bien como rolear pero aquí vamos! )

El demonio no pudo evitar sonreír levemente al observar lo entusiasmado que estaba Loue con todo ese tema de las aves. Si eso era lo que lo hacía feliz, entonces se encargaría de reclutar a su mejor equipo para ir en una excursión por todos los reinos y ecosistemas. Aunque es una lástima que el chico no tuviera tantos años de juventud para gastar en lo que quisiera. Siempre se desanimaba un poco al pensar en lo fugaz que era la vida de esa especie, y lo solo que se sentiría después... ¡En fin! No era tiempo para preocuparse por eso, debía concentrarse en la conversación.

-Si, tienes razón.- Se irgió en la silla, tratando de seguirle el hilo. -Debí ser más riguroso con las instrucciones que dejé a mis sirvientes. Ordené que lo cuidaran y trataran de documentar lo más importante, pero no fui claro al mencionar que el huevo podría eclosionar en estos días...o en realidad qué pasaría luego.- Tomó un pan. -Me pregunto si todo está bien.- Arrancó un pedazo y le dio un mordisco, pensativo. Todo podría estar bien...pero también podrían encontrar todo en llamas. Quién sabe.

-Necesitamos saber más sobre el tema. Luca tendrá algún libro o pergamino sobre eso, estoy seguro. Aparte del asunto histórico, te dejo a cargo de....de lo que sea que nazca luego. Y cuando des el visto bueno, viajamos.-

(Nim no me acuerdo bien que tenían que hacer con el huevo XDU help)

(espero poder mantener personaje, hay que volver a definirlos y escribir fichas para tener en cuenta sus particularidades)

-Es un honor, señor. Voy a trabajar lo mejor que me sea posible- aseguró el humano con sinceridad, puesto que las aves eran para él una verdadera pasión. Dedicaba mucho de su tiempo diario a observarlas mientras cumplía sus tareas, y si veía a una volar de cierta forma pensaba "ha de estar buscando pareja" o "es época de migración". No hablaba siempre del tema, pero estaba en su mente.

Existía, sin embargo, una cuestión que lo tenía intrigado. Si había guardado la pregunta antes era por respeto (y miedo) a la autoridad y sabiduría de su amo, que ciertamente conocía la fauna nativa mejor que él, pero Loue pensaba que una respuesta clara podía ayudarlo a deducir con más precisión las condiciones óptimas para el cuidado del huevo.

-Disculpe la pregunta, señor- empezó con cautela, dejando el pan a un costado y mirando a su amo, -pero quisiera saber, ¿qué criatura saldrá del huevo? Creo que no me lo ha dicho aún.-