Capitulo II - Nueva Vida [18 +]

(XDDDDDD! esteeeeee maaaaeee)

Taiki se alarmó, pensando que era terrible que ninguno de sus familiares le ayudara en cosas tan básicas. De verdad siempre lo dejaban solo?
Éste se levantó y se agachó a su lado, poniendole sus manos en una de las de Blake.
-Dejeme ayudarlo, si? No se donde estan las cosas pero podemos buscarlas juntos.- Sonrió, aunque sabía que el otro no podía verlo. Era solo que se le hacia tan tierno aquel hombre, tan valiente e independiente.
-Y por cierto, disculpe que me entrometa...no quisiera estar durmiendo?- Porque..que posiblemente podria estar haciendo un ciego en medio de la noche? Podria escuchar musica, pero Taiki no habia escuchado nada en las otras habitaciones.

(-w- sí, super tierno)

-Eres muy amable- sonrió Blake, tomando finalmente la puerta y abriéndola. Mientras caminaban mantenía una mano en la pared; le encantaba hacer teatro.
-Yo no duermo, Tai. Soy un murciélago- le comentó, mientras pasaban una pintura. Blake tomó atención al sonido que rebotaba contra el óleo; como las pinceladas quedaban en relieve, él podía darse a la idea de que era el retrato de una dama. Con el acuarela, en cambio, no podía saber nada. Sus hermanos lo sabían, así que siempre pintaban en óleo para que él pudiera "ver" sus obras de arte.
-Durante la noche leo en mi estudio. De día descanso un poco, pero siempre he sido de no dormir. Supongo que es genético.- No era genético, era un mal hábito. Blake no estaba pálido por no salir al sol, porque generalmente pasaba los días en el jardín. Estaba pálido por no dormir, porque no podía ni quería tratar.
Bajaron las escaleras más o menos lentamente (oh, el teatro) en dirección a la cocina. Por ahí se llegaba al ático donde estaba el alimento de Blake. Ya podía sentir el sutil aroma... Mmm, no, ese era Taiki.

Taiki acompañaba al hombre por las escaleras, oyendolo hablar.
-Pero...deberia dormir, porque entonces no tendrá las energias para jugar o ir a buscar comida o escapar de los malos.- Decia, frunciendo el ceño y levantando un dedo, como si lo estuviera regañando.
-Y tambien comer muy saludablemente! Sino se volverá pesado y correrá más lentamente.- A Taiki desde que nació le inculcaban el arte del escape. Los conejos no tenian fuerza para luchar, asi que su unica salida era correr como el viento, viviendo en medio de una pradera llena de lobos, aguilas, serpientes, chacales, panteras, gatos de monte, y muchos otros seres que querian atacarlos. Esa es la unica vida que había conocido.
-Estamos en la cocina...adonde ahora?-

Al llegar a la cocina, Blake tosió levemente. Ah, sí, ahí estaba la puerta.
-Debe haber una puerta por aquí que da a la bodega... ves alguna?- le preguntó, prestando atención a la cocina. Era un sitio limpio, bien decorado, pues rara vez se usaba. Si por Blake fuera, ellos no tendrían cocina en casa. Pero sus padres insistieron, así que tuvo que ser.
Lo que más había eran frutas en varias cestas. Los gemelos, aunque delgados, tenían un apetito insaciable: buena parte del dinero de su trabajo se iba a alimentarse bien. De todas maneras Robert y William trabajaban con ahínco, y el dinero que les llegaba aún les daba para satisfacer los ocasionales caprichos que tenían. Material de estudio, juguetes a cuerda, esas cosas.
-De ahí por lo general no paso, por las escaleras... pero tú podrías ayudarme a bajar- sugirió el murciélago.

-Oh, una puerta?- Preguntó, agudizando su vista diligentemente, y buscando a su alrededor.
-Alli! Alli hay una!- Exclamó alegremente, dirigiendo al murcielago hacia su descubrimiento. Taiki se sentía útil, como que de verdad lo estaba ayudando y hacía una buena obra.
-Oh, está oscuro.- Dijo al abrir la puerta y revelar unas escaleras hacia abajo (? no se ni para donde era XD era el sótano, verdad?) y una gran oscuridad, aunque el conejo aun podía ver lo suficiente para no caerse.
Lo tomó fuerte del brazo y lo comenzó a guiar. -Otro escalón...otro....otro...- Decia, mientras iba lento y seguro. -Ok...este último!-

El sótano era realmente enorme. Iluminado débilmente por antorchas, dejaba ver filas y filas de estantes que parecían extenderse hacia muy dentro de la tierra. En los estantes habían frascos polvorientos con etiquetas, y muchas botellas con un líquido rojo opaco- la sangre que Blake debía consumir.
No sabía qué había en esos viejos frascos, pero algo tenía que ver con los gemelos. Ah, bueno.
-Mil gracias! Podrías, por favor, pasarme alguna de las botellas? No los frascos, aquellos no son míos- pidió alegremente, soltándose del conejo para dejarlo elegir. Si elegía bien, podía ser que esos viajes a la bodega se volvieran usuales... es decir, si lo volvía a ver luego de esa noche.

Taiki volteó a ver a todos los frascos y botellas en aquella bodega, y palideció.
-S-si...claro....- Avanzó lentamente a uno de los estantes, donde miró con horror un frasco etiquetado. Estaba algo polvoriento y por eso no se leia bien, pero si se veia lo que estaba adentro.
-Dios santo...- Dejó salir, sin poder quitar sus ojos de aquello alli adentro. Respiró profundamente y centró su atencion a las botellas. Era sangre.
-P-p-p-por que necesita esto?- Le preguntó, tomando una con cuidado y algo de miedo, para llevarsela a Blake. Se la ofreció con sus manos temblorosas, mientras un sudor frio le recorria la espalda.

Blake tomó la botella. Sus ojos blancos brillaron por un instante mientras sonreía con hambre y la destapaba. El olor de la sangre le inundó la mente, haciéndolo recordar el día y hora que había recibido esa maravillosa botella. Sangre española.... mmm.... de toro. Joven, vigorosa, con un gusto casi agresivo. El murciélago volvió a taparla.
-Recuerda que soy un murciélago de la sangre- le sonrió al conejito, fuera o no a asustarlo con esa sonrisa. Tenía colmillos, y estaban bien afilados. -Lo único que puedo consumir es sangre, es todo mi alimento.-

Taiki se asustó, por suspuesto. Al oir que solo bebia sangre, dio tres pasos hacia atras, listo para escapar.
Seria que lo engañó a ir a la bodega para morderlo y tomar toda su sangre? No! Tenia una familia que alimentar.
-Todo tipo de s-s-sangre?- Le preguntó. A lo mejor no tomaba de conejitos, no lo sabia.
Miró alrededor, para considerar sus opciones. La unica puerta era por la que habian venido, y el murcielago estaba parado alli mismo. No tenia por donde irse. A lo mejor podria...golpearlo? No, no, jamás le haría eso a nadie aunque fuera a comerlo.

-Todo. Tipo. De. Sangre.-
Oh sí. Creepy mode ON.
-Y aquí, Tai, tengo todo tipo de sangre. De todos los lugares del mundo, diferentes especies y gustos... No puedo, como ya dije, comer nada más. Por lo general con una copa por día me basta, pero hoy me levanté especialmente hambriento... Por una vez que me tome un aperitivo entre comidas no pasa nada, no?- Su intención no era beber la sangre del conejito. Aunque le gustara la idea, nunca le haría eso a un invitado.

El conejo dio otros dos pasos atras. Oh no, este sería su fin, verdad?
-Y,....y tomará de la mia?- Preguntó asustado, mirandolo con ojos grandes y redondos.
Queria tambien preguntar, aunque no se atrevia, si en esas botellas habia sangre de conejo. Sabia que si se ponia a buscar, la encontraria.
-P-p-por favor no me haga daño. Tengo 12 hermanos y soy yo quien los cuido porque mi mamá tiene la pata rota. N-no me haga nada, y se lo pagaré con lo que usted quiera!-

Bingo, las palabras mágicas.
-Lo que yo quiera...?- Blake se cruzó de brazos, con una enorme sonrisa de media luna. La que sabía que daba nervios. Ya sabía qué pedir. Y no, no es eso exactamente.
-Entonces, ven a verme todas las noches. Todas. No sabes lo aburrido que es aquí, nunca tengo nadie con quien hablar o... que me ayude a ir por la casa- dijo malicioso, consciente al mil del poder que tenía sobre la situación. -Y si no aceptas, te como.-
Mmm, se sentía muy bien. Cuando los gemelos eran pequeños Blake acostumbraba decirles que se los iba a comer, y luego los correteaba por la casa muerto de la risa.

Comer?! Se fue a meter en la boca del lobo...
-N-no!! Por favor no me coma! Lo vendré a ver siempre, cuando usted quiera, pero no me haga daño...- Decia, con las orejitas caidas y todo encogido y tembloroso. Lo miraba con su mirada de conejito, grande y patetica, lleno de miedo. El murcielago era mucho más grande que él y podia hacerlo como él quisiera.
-T-trataré de ser buena compañia...- Caminó unos pasos atrás, golpeando su espalda con uno de los estantes, y haciendo que uno de los frascos cayera sobre su cabeza, golpeandolo, pero estirando sus brazos y atrapandolo antes que cayera al suelo. El frasco contenia...agua? No sabia lo que era ni queria saber.

-Oooh, ten cuidado!- le advirtió con fingida alarma, estirando un brazo hacia él. -Si algo le pasa a uno de esos frascos, mis hermanos te matarían. Les llevó años recolectar todas esas muestras!- La verdad era que lo máximo que harían los gemelos sería volver a recolectar el tipo de lágrimas del frasco, si es que les seguía importando, pero Taiki no tenía por qué saber ese pequeño detalle.
Blake lo llamó con un gesto, como diciéndole ven, acércate. Lo que quería hacer era olerlo de nuevo, un poco sentirlo, para que sus formas se grabaran en su memoria.

-Oh no!! Que bien que no se cayó....Hoy de verdad no es mi dia...- Dijo, volviendo a poner el frasco en su lugar, muy cuidadosamente.
Al ver el gesto del otro, se crispó y comenzó a respirar más lentamente para calmarse.
-Ya v-voy...- Dijo, nervioso. Empezó a acercarse, siendo muy cauteloso, hasta quedar frente a él. -E-estoy aqui, señor Blake.- Le dijo para guiarlo, todavia comiendose la historia de su completa ceguera.
-M-me morderá?-

El murciélago negó con la cabeza y volvió a pasar los dedos por la cara de Taiki, lentamente. El tacto le daba una idea de cómo era, una idea muy precisa que alimentaba a su primera impresión.
-Me gusta saber cómo se "ve" la gente que me rodea- le dijo mientras lo hacía, ésta vez sin fingir. Podía tener un retrato tridimensional de la persona, gracias a su sentido del sonido, pero no se comparaba a averiguarlo por tacto. La suavidad, la calidez de otra persona. Más concretamente, de la piel de otra persona.

Al sentir los gentilas dedos del otro en su rostro joven, sentia que podia bajar un poco la guardia.
-Ver a la gente?- No sabia exactamente como funcionaba todo aquello, pero si eso le servía, que lo hiciera, que no lo estaba haciendo el menor daño.
-Puede saber como soy yo?- Estaba curioso pues, a la unica persona que conocia que era ciega era el señor Topo, pero no se le acercaba mucho porque era un cascarrabias.

(oooh, yo conocí a un Señor Topo! pero tenía buen genio. el que era cascarrabias era el Señor Tejón.)

-Sé que tu cabello es blanco y tu piel es pálida porque me lo dijiste. Sé que eres más o menos alto, delgado... pareces ágil, y has de venir de alguna pradera abierta. Y sé las formas de tu rostro, pero no puedo saber más...- Ahí paró de explicar, imaginándose cómo sería si se le presentara la oportunidad de examinar al conejito por completo. Por completo. Heheh~
-Sabes qué es curioso? Cuando dices "blanco", pienso en azúcar, vainilla, harina, nieve... cosas que sé que son blancas, porque lo he leído. Pero no puedo imaginar el color en sí, porque nunca lo he visto. Entonces, con la descripción que haces de ti, me recuerdas a un pastel.-

-U-un pastel?- Que parte de él parecia eso? No era gordito ni dulce. Bueno, no sabía si era dulce o no, pero no se iba a morder ni lamer para averiguarlo.
-Pero...no importa, cierto? Es decir, mi rostro no es nada especial.- Tomó las manos del hombre pasandole los dedos por sus parpados cerrados. -Mis ojos son grandes y algo almendrados.- Luego los pasó por su nariz. -Mi nariz es pequeña, con un arco aqui...y termina en punta.- Tambien los pasó por sus mejillas, y barbilla y por ultimo sus labios. -Mi boca es pequeña pero mis labios no, son algo grandes para ser los de un chico, creo yo... Esas son mis facciones. Pero no importa. Lo que importa es conocer lo de adentro, y eso lo puede conocer más a fondo que las personas que si pueden ver, no?- Sonrió, a pesar del peligro que pensaba que corría.

Ésta vez Blake se dejó guiar de verdad, prestando toda la atención del mundo a lo que sus dedos recorrían. Era que la raza de los conejos tenía en general esas facciones, o era un algo especial en Taiki? Fuera como fuese, le pareció adorable. Aunque no pudiera verlo y nunca podría.
-Me gusta tu cara- le dijo sinceramente, apartando de una vez las manos. -Me recuerdas un poco a mis hermanos, pero tú te sientes más... cómo se dice? Más suave...- Y más inocente. Tenía ese algo inocente que a Blake lo intrigaba muchísimo. Sus hermanos no lo habían conservado mucho (él tampoco, pues en su trabajo conocía a *mucha* gente) así que no había terminado de entender.
-Más bien me pregunto cómo seré yo. A mí mismo no puedo adivinarme como hago con el resto.-

El conejo prestó atención, dejando caer sus orejas.
-Eso es muy triste, señor Blake... No saber bien como es su propio rostro...- Y era una lástima, porque era bastante bien parecido. Estaba cuidado para no poder verse en un espejo.
-Pues...no sabria bien como describirlo...me gustan sus ojos.- Rio suavemente. Sabia que eran asi de claros por su discapacidad pero ese color le iba bien a aquel hombre. -Son claros, pero tienen algo profundo en ellos. Tambien me gusta la forma de su rostro...hhmmm.. lo siento, estoy hablando demasiado.- Dijo, asomando un tierno rubor en sus mejillas.

Ahora bien, Blake sí había intentado adivinar su propia cara. Pero nunca había logrado rebotar las ondas de sonido de manera que le viniera una imagen suya: no tenía ni idea de cómo era. A veces lo fastidiaba, otras no.
-Mis ojos son claros- repitió pacientemente, como si memorizara. -Sí, sé más o menos las tonalidades que tengo. Mis hermanos me las dicen a veces, cuando quieren molestarme de que parezco una estatua de mármol. Lo que quisiera saber, de tu boca, es cómo te parece que me veo.-
Había otra pequeña e infundada duda que tenía. No tenía sentido, pero ahí estaba. Siempre se había preguntado si no tenía algo en las facciones que asustaba a las personas, pues siempre se le había hecho fácil asustar. Pero no iba a preguntar eso de buenas a primeras!

Taiki no pudo evitar sonrojarse un poco ante la pregunta. No queria decirlo asi pero tendria, para hacerle saber lo que en realidad pensaba.
Se acercó a él y se puso de puntillas, para tocar ligeramente el rostro del mayor.
-P-pues... usted es guapo, señor. Tiene la nariz recta y la barbilla masculina...y su piel es lisa. Parece dura, tal vez por el color, pero en realidad es muy suave. D-de hecho es más parecido que muchos de los lobos y chacales del bosque, que se hacen llamar sexys...usted les gana, jeje.- Dijo avergonzado, pero pues, esque era verdad. -Aunque...estaría mejor si estuviera algo más descansado...en mi opinion.- Se podian ver sus ojos cansados y ojeras. (? no se pues XD no recuerdo)

A medida que Taiki le iba hablando, el rostro de Blake se iluminaba con interés y alivio. Así que era guapo...! Bueno, ya lo sospechaba, pero era tan reconfortante escuchárselo decir a alguien más. Sobretodo a alguien tan lindo, tan delicado, tan dulce como el conejito. Qué buen compañero se había agenciado.
-Si tú lo dices- sonrió, cargando un poco a Taiki porque se le antojaba fácil de lo ligero que era, -voy a tratar de dormir más. No te prometo nada, porque mi organismo no está acostumbrado, pero voy a tratar. Más bien, tú deberías estar en la cama si es que ahora mismo es de noche.-

Se dejó alzar, aunque con mucha pena en su rostro. No le gustaba ser tan ligero y pequeño.
-Hmm? Pues, si, ahora que lo dice...- Cuando el otro mencionó lo de la noche, le dio mucho sueño, y suprimió un bostezo.
-Si tengo algo de sueño...podria regresar a la cama, señor? Venga, lo dejaré primero en su habitacion, si?- Le sonrió, esperando a que lo bajaran para poder llevarlo hasta donde, segun recordaba, eran sus aposentos. Pss, no recordaba nada en realidad.