Capítulo I- ¡Que comience la función!

Huh? Para qué querría Phu ver a Arda? A Tighel le parecía todo muy raro, porque sabía que al caníbal no le caía bien su jefe. De todas maneras le pareció que no debía negarse.
-Ahora no, Phu, espera a que sea el intermedio. Arda debe estar muy ocupado preparando la primera función... Él siempre lo hace todo a la vez- sonrió Tighel con algo de admiración en la voz. Luego paró bajo un árbol para coserse los labios, pero antes de hacerlo miró un poco a Phu.
-Estate tranquilo, Phu- le pidió, enhebrando el hilo en la aguja. -No quisiera que Arda te castigue de nuevo.-

***

Frente a la carpa, Arda se iluminó todo de emoción al ver a su alumno estrella todo preparado. Le hizo una última reverencia a la gente que entraba en la carpa y se apresuró en llevar a Malice aparte para hablar con él.
-Estás perfecto!- lo felicitó, arreglando algunos otros detalles de la ropa. -Serás el segundo acto, Malice querido. Supongo que ya sabes cuál es tu rutina, no? La misma de ayer. Al menos hasta que hallemos algo más.-

Phu gruñó ante las palabras de su payaso. Quería ver a Arda inmediatamente, no quería esperar hasta el tonto intermedio.
Pero bueno, tal vez si se escapaba... Comenzó a irse como quien no quería la cosa cuando el otro paró a coserse los labios, pero ante su regaño, tuvo que sentarse a esperarlo.
Bueno. No importaba. Iría, comería y luego le quitaría la mascara.

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Malice lo miró algo nervioso, con una media sonrisita.
-E-el mismo?- La verdad no recordaba mucho, pero bueno, tendría que hacerlo para satisfacer a su jefe.
-Si señor! Haré lo mejor que pueda! Mientras está el primer acto, iré a ver que cosas me encuentro!- Dijo, comenzando a emocionarse, corriendo al backstage.

Ahora tenía los labios bien cerrados. No podía y no debía hablar. De alguna manera, el tener esa traba lo aliviaba.
Tighel miró a su caníbal significativamente, diciéndole con la mirada que se comportara, y pasó a esperar con el resto de sus compañeros a que empezara la función. Fue a sentarse al lado de las siamesas, dos niñas a su ver muy lindas pero que eran completamente incomprensibles.
Ahora estaban discutiendo de nuevo, por en cuál de las cabezas debía ir el lazo que llevaban ese día. Giraron a pedirle ayuda a Tighel, que luego de meditar un poco el asunto tomó el lazo y lo partió a la mitad.
Con un pedazo en cada cabeza, las siamesas agradecieron con una brillante sonrisa.

***

Arda dejó que su pupilo corriera, de todas maneras aún tenía que preparar algunas cosas y tenía plena confianza en que no se perdería. Pasó entre sus empleados revisando cosas de última hora, saludó amablemente a los últimos espectadores que entraban a la carpa y, finalmente, subió por la escalera del costado para comprobar que las luces funcionaran. Oscureció la arena provocando una exclamación del público. Trepó por las vigas con cuidado, mirando hacia abajo con una sonrisa llena de cariño.
Su público. Su amado público.
Como todos los días, el maestro de ceremonias se dejó caer desde lo alto para acabar parado en el centro mismo de la carpa. Desde hace un par de años había dejado de preguntarse cómo conseguía salir ileso. Práctica, por supuesto.
Tras saludar y anunciar el programa del día, Arda dio paso a que Tighel y Phu (que ya estaban en la puerta) pasaran como primer acto.

(oh shit primer acto)

El canival se sentó a la par del payaso mientras él resolvía quien sabe que cosa con dos hembras bastante molestas.
Como no podía hacer mucho, ni le interesaba, se quedó mirando hacia el suelo. Pero pronto sintió que alguien lo estaba mirando. Podía oler el miedo.
Volteó a ver al lado, donde en efecto, una hembra que era malabarista y un macho algo deforme lo miraban y hablaban entre ellos. Phu los observó con su mirada concentrada en sus ojos, mientras un hilo de saliva bajaba de su boca ligeramente abierta.
Ellos inmediatamente quitaron la mirada y caminaron hacia otra parte del escenario para alejarse un poco de él. Por eso el único que le caía bien era Tighel. No le tenía miedo.
En fin, era hora de comer. Sintió el jalón en sus cadenas, así que se levantó y comenzó a moverse a como podía hacia la puerta del escenario.
De nuevo, como todos los días, oyó el sonido colectivo de sorpresa en el público, y luego varios murmullos, para pronto quedar en silencio.
Como ese día estaba especialmente hambriento, al ver al baúl de siempre, trató de correr desordenadamene hacia él, pero se le olvidó que estaba encadenado, por lo que cayó de cara al suelo, llenandose el rostro de tierra y raspones.
Algunos en la audiencia se rieron levemente, a lo que el canival gruñó con desagrado.

(dundundunn)

Tighel salvó un poco el tropiezo de su caníbal haciendo unas florituras en el aire con las cadenas. Luego comenzó el número usual de sacar la carne y jugar a tentarlo con ella, hacerlo correr, saltar, pelear por el alimento. El payaso se preguntaba si, algún día, Phu se equivocaría y lo mordería a él en vez de al cadáver. Pero lo dudaba.

Ese día era el cuerpo de un vagabundo.
Tighel lo había encontrado tratando de robar el alimento de las fieras al hacer la ronda de la mañana. Y simplemente había tenido que matarlo.
Ningún ladrón iba a vivir a expensas suyas.

Phu gruñó indignado, pero siguió más tranquilamente...hasta que era hora de comer.
Le siguió el juego al payaso, saltando y babeando por el cuerpo que parecia algo desnutrido pero más grande que el de un niño. No estaba mal. No le gustaban los cuerpos con mucha grasa, ya que le caia pesado.
Al cabo de un rato pudo moder una mano, aferrandose a ella y desgarrandosela. La gente sonaba sorprendida, y aunque muchos soltaban sonidos de asco, nadie se movia de su asiento.
Pero Phu dejó el pedazo de carne en el suelo y se fue por el escenario, cerca del publico, para buscar a Arda. Quería cumplir su mision, asi que la comida no le interesaba mucho por ahora. Pero no lo encontraba, ya que el escenario estaba cerrado de todos los lados excepto del que habian venido.

Arda no estaba precisamente en el escenario. Estaba arriba, sentado en una de las vigas metálicas del techo, observando todo con una tranquila felicidad. Podía sentir cómo la gente se emocionaba, era perfecto! Justo lo que debía pasar. Hasta ese día no habían fallado en su misión de sacar a las masas de la rutina, y no fallarían por un buen tiempo. Tan concentrado estaba en ver las vueltas y revueltas de Phutric que no se percató de la sombra azulada que se sentaba junto a él.
-Sabes bien que lo que los atrae no es el acto en sí, sino ver a uno de los suyos devorar a otro... ¿no?- inquirió la sombra con suavidad. Era la voz doble y extraña que antes hablara con Phutric.
-No sé de qué me hablas- respondió Arda, sin apartar la vista de sus empleados.
-Oh, sabes bien de qué hablo- sonrió la sombra con tono meloso. -A ti también te gusta. Es tan fascinante como ver una ejecución, no ha perdido su encanto desde el inicio de los tiempos. Es... divertido.-
-Ya vete, no tengo tiempo!- le soltó el maestro de ceremonias, girándose a la sombra con ira. Ésta se apartó y trepó frente a él.
-Como quieras. Pero tarde o temprano tienes que hablarme, Arda querido.- Con eso, el ser se fue. Arda procuró olvidar pronto el incidente. No le gustaba ser visitado por ese tipo. A veces pasaba, cada dos o tres meses.

Abajo, Tighel seguía sorprendido a su caníbal. Jaló suavemente de la cadena para llamar su atención. Qué raro, él nunca se portaba así!

-Hmm?- Phu sintió el pequeño jalón de las cadenas y volvió a ver al payaso, pero sin decir (o gruñir) nada.
-....-
Debía actuar rápido, porque luego tal vez no volvería a ver la luz del día hasta el siguiente acto.
-A..Arda...- Dijo suavemente, olfateando. Estaba cerca.
Tal vez si hacía algo fuera de lo común aparecería...Tenía que pensar...Que es lo que nunca había hecho en el acto?
Su mente corrió rápido, hasta que se le vino una idea.
Miró a Tighel de nuevo, y se abalanzó a él, tirándolo al suelo. El caníval se lamió los labios y se inclinó hacia la parte baja del payaso, arrancando la ropa con los filosos dientes, mientras iba lamiendo la entrepierna que quedaba desnuda.
No le importaba nada, sólo quería a ese tipo donde lo pudiera ver.

(8D a veces me sorprendo del lemon random que meto por ahi)

(lol so random xD WWHY)

Tighel empezaba a enfadarse un poco. Si Phu no se comportaba, iban a volver a tener terribles problemas con Arda. Y de verdad no quería molestarle, no ahora que acababan de terminar con ese tema de Malice.
El payaso volvió a jalar las cadenas para llamarle la atención, pero de repente se vio tendido en el suelo. De la sorpresa no atinó a levantarse y se dejó hacer, mientras la gente alrededor murmuraba escandalizada.
Arriba, Arda observaba todo con franca indignación. Pero no podía ser! Estaba arruinando el espectáculo. Por lo general el maestro de ceremonias no se permitía intervenir... pero haría una excepción.
Saltó desde las vigas y en menos de tres segundos se encontró en frente de sus dos empleados, mirándolos con el ceño fruncido.

(>8D Cayó en la trampa!)

Phu seguía en lo suyo hasta que oyó algo caer en la arena. Volteó la cabeza y se sorprendió al ver a su presa allí, justo frente a él.
El canival sonrió y se lamió los labios.
-Arda...- Dijo, dejando al payaso a un lado. -Arda.- Repitió, gateando lentamente hacia él, cuidadosamente, acercandose a su mano y poniendole la cabeza, como simbolo que quería que lo acariciara.
-Arda.- Gruñó nuevamente. No podía nada más tirarlo al suelo como hacia con Tighel, ya que Arda era un poco más...rápido y audaz, asi que tendria que ganarse su confianza.

El maestro de ceremonias no pudo evitar echarse un poco hacia atrás, francamente sorprendido por esa muestra de... afecto?
Estaba consciente de que el caníbal lo odiaba, aunque ignoraba el porqué, si Arda jamás había hecho algo malo. De todas maneras decidió no despreciar esa oportunidad y le devolvió la caricia, recobrando la compostura. El público estaba asombrado. El espectáculo, salvado.

Tighel se irguió enseguida y recuperó lo que le quedaba de ropa, cubriéndose. Sí, aún llevaba la ropa interior, pero tenía muy claro que la ropa interior no se mostraba así como así a la gente. Aunque no sabía por qué, pues como Arda aprendía sólo por ensayo y error... no se cuestionaba los verdaderos motivos.
Mas arriba, fuera de la vista de todos, la sombra se descolgaba con un temblor emocionado de las vigas. Ya faltaba poco. Se preparó para saltar hacia la arena, curvando las garras sobre el frío metal de la viga en la cual se hallaba de cabeza. La función estaba a punto de empezar.

Muy bien, habia mordido el señuelo. Ahora solo debía acercarse más.
Phu dejó que lo acariciara y se acercó un poco más.
-Arda....wwaann~- Gruñó amablemente, como una mascota y se irguió lo más que podía mientras le sonreía y se lamía los labios.
-Wan wan!- Se recostó al maestro de ceremonias y puso su boca cerca de su cuello.
Ahora solo era cuestión de quitarle la mascara con los dientes! Un poco maaas...un poco maaaas....


(contestaaaa 8DDD)

Cuando sintió tan cerca al caníbal, Arda optó por quedarse quieto. Si hacía un movimiento brusco lo podían morder... y esa era mala idea, sobretodo en medio de un espectáculo.
Pero tenían al público en vilo, sentados al filo de las sillas para ver qué pasaba ahora. Era intrigante, ver a un caníbal acercarse tanto a alguien y no atacándolo... Así que se enojaron un poquito cuando Arda retrocedió unos pasos, se quitó el polvo del traje y quedó mirando a Phutric con gesto interrogante.
Tighel, ya levantado, jaló de la cadena de su caníbal reprochándole lo mal que se estaba portando. Ya hablarían cuando regresaran a la jaula, ya hablarían los dos. El maestro de ceremonias se encogió de hombros y regresó a las vigas, dando un alto salto que el público siguió maravillado.
Cuando llegó arriba la sombra se había ido, pero aún podía ver las marcas de sus garras en el metal.

Solo un poco... Ya sus dientes podían tocar la fria mascara...hasta que el maldito se quitó! Si hubiera tenido sus manos libres, sería un cuento diferente.
-Argh...- Gruñó, dejandose jalar por las cadenas del payaso y retrocediendo. En fin...tal vez era mejor asi, ya que luego le daría mas confianza y asi le podria quitar la mascara mas facilmente.
Suspiró y volteó a ver al cuerpo que habia dejado en el suelo y de pronto sus tripas le reclamaron la falta de atencion.
-Wah~- Se avalnzó a la carne en descomposicion y comenzó a tragar feliz de la vida. Luego se encargaría de ese Arda.

Mientras tanto, Malice volvía atras del escenario, con dagas y antorchas apagadas en las manos.
-Muy bien, estoy listo...Señor Arda, no se va a decepcionar!-

Tighel continuó con la rutina de siempre, atrapando nuevamente a los espectadores. Cuando salieron, lo hicieron entre vítores y alabanzas. Les encantaba su acto. Pero el payaso no parecía complacido. Miró enfadado a Phutric, moviendo la cabeza en un claro gesto de protesta. En qué había estado pensando? Tomó el baúl en una mano y las cadenas de su caníbal en la otra, y se dirigió a su celda para poder descoserse la boca y hablar con libertad.

Arda bajó de nuevo y anunció el siguiente acto. Un acto nuevo! No podrían creer a sus ojos! Otra maravillosa maravilla de la naturaleza añadida al Circo, una increíble visión que sólo se daba una vez cada cuantos siglos! Hablaba, por supuesto, de Malice. Y qué era lo que hacía Malice, se preguntarán? Ya tendrán oportunidad de verlo. Había mucho que ver.

Phu terminó su deliciosa comida, con los mismo saltos que daba siempre mientras jugaba con su payaso.
Luego al oir el sonido de los gritos de esa gente, dio media vuelta y esperó a que Tighel jalara de sus cadenas para comenzar a caminar hacia su jaula y así echarse una buena siesta.
-Waaaaaaan~- Bostezó, con una sonrisa satisfecha.


El público, al oir las palabras Arda, se impresionó, ansioso del gran acto del que hablaba.
-Nnn.- Malice tragó nervioso, mirando al amor de su vida en el escenario. Respiró, se puso derecho y se aferró a todas las cosas que habia recogido, caminando orgulloso ante el publico. Dejó las cosas a un lado y se paseó justo como Arda le habia enseñado, con una enorme sonrisa.
No sabía si lo estaba haciendo bien, sentía algo de verguenza, pero haría lo mejor que podía.

Tighel caminó un poco más rápido de lo usual, pisando firmemente el césped húmedo. Entró en la jaula, encadenó a Phu a su pared, cerró la puerta tras sí, se descosió la boca de un limpio movimiento y empezó a regañarlo.
Al cabo de una hora, Tighel no estaba muy seguro de lo que había dicho pero sí de que ya había terminado. Había sido algo sobre... un tema de orden o algo así. Probablemente eso era lo que más lo molestaba. Tighel era una persona de costumbres. Odiaba que las cosas se salieran de rutina para mal.
Finalizó pidiéndole a Phutric que POR FAVOR no volviera a repetir eso, y salió de la jaula para seguir sus labores en las carpas de ventas. Se paró bajo un árbol para coserse los labios de nuevo con un precioso hilo rojo que tenía guardado. Uno muy fuerte, para no tener que volverlo a sacar en mucho tiempo.

Apenas el payaso salió, una sombra se filtró por bajo la puerta de la celda.
-Bueno, bueno- empezó el ser, claramente disgustado. Ahora se veía con una forma más o menos definida. Un humo azulado con la silueta de un niño que se apoyaba contra la puerta.
-Una simple cosa, Phuu~ No puedes hacer una simple cosa. Qué decepción!-

Phu, al entrar a la jaula, notó que algo andaba mal. Y lo comprobó, al sentarse allí por un buen rato, con su cabeza baja, escuchando los regaños de su payaso.
No sabía que había hecho algo mal, asi que lo tomó por sorpresa.
-Waan....- Asintió, mirando al payasito irse. -Unnnn....- Se sentía triste. Nunca pensó verlo asi de enojado con él.
Debía ser por ese Arda bueno para nada.

-Huh?- Oyó una voz, y luego una forma extraña, a la cual le enseñó sus colmillos y le comenzó a gruñir. -Grrrruuu!! Grruuuuuu! Wan! Wan! Grrruuu.....Arda...ñana...Maaa...ñana...- Intentaba decirle que no se dejaría vencer tan facilmente. -Pllu...Plaan, wan! wan!- Que tenía un plan que no fallaría.

(éste para Shadowy, sí? porfas OUO? https://www.youtube.com/watch?v=7rJZMcITCu4 )

-Mmmhmm.- El ser escuchó cómo Phutric forcejeaba con su lengua para poder sacar sonidos que se entendieran. La verdad, el caníbal no tenía ni que hablar. Aquel ser lo comprendía perfectamente con sólo verlo a los ojos. Aunque no le gustaba, pues en la mente del caníbal no encontraba nada que le interesara ni mínimamente. Era bastante cercano a un animal. Uno muy útil.
La sombra se deshizo en volutas azules, para volver a aparecer al lado de Phu. Ahora sonreía.
-Ese es el espíritu, amigo mío. Aunque ando algo apurado, puedo concederte... dos semanas. Sólo quítale la máscara, y no volveremos a tener problemas con él! Ni tú ni yo, mi devorador de hombres.-

(ok XD ponlo en la lista d musica)

El canival gruñó cuando lo encontró tan cerca suyo pero se concentró en sus palabras.
-Wan!- Asintió con una macabra sonrisa, enseñando sus colmillos. Dos semanas. Pan comido.


Malice mientras tanto estaba a mitad de su acto, con las costillas fracturadas y diez espadas atravezandolo en diferentes partes del cuerpo: tres en su abdomen, una en su pecho, dos en sus pies clavandolo al suelo, dos en su hombro, una cerca de su garganta y una última cortandose la mano. Claro, el público de nuevo se dividia por reacciones, unos gritando, otros atónitos y otros en el suelo.
A Malice no le importaba nada de lo que estaba haciendo ya que sabía que todo sanaría. O eso esperaba.

Para terminar su acto, sacó las espadas y se paseó por el escenario con sus heridas expuestas. No sabía si era temprano o no para terminarlo pero todo se comenzaba a poner borroso y no queria desmayarse enfrente de todos. Así que hizo una reverencia, aceptó los aplausos y salió del escenario. Buscó por Arda en todas partes, pero su cuerpo ya estaba al límite, por lo que se sentó en una esquina y "murió".

-Pues bien, pequeño Phu. Estoy seguro de que lo conseguirás- añadió dulcemente el ser. Le pellizcó una mejilla al caníbal y acto seguido se desvaneció, dejando una nota de su risa suspendida en el aire.

Arda, en ese momento, se encontraba completamente feliz. El acto de su aprendiz había resultado brillante. Todo el mundo lo amaba. Claro, podían pulirlo un poco más pero en esencia estaba bellísimo! Su público realmente era culto, podía apreciar el verdadero significado de la inmunidad física de Malice... veían más allá de la sangre y las heridas. O eso quería creer Arda.
Salió de la carpa en silencio para que nadie lo notara y buscó a Malice hasta que lo vio en una esquina. Pero sabía que no estaba muerto, así que corrió hacia él a zancadas y le dio un cariñoso beso en la frente.
-Estuviste sublime! Magnífico! Increíble maravilloso inimitable!!-

(MALO! Darle un beso cuando no estaba conciente XD)


Mientras yacía allí, tecnicamente sin vida ya que su corazón no latía, sus heridas iban gradualmente sanando. Primero las más graves, como las de cuello, y por último las de su abdomen piernas.
Cuando recuperó la conciencia en solo unos minutos, lo primero que miró fue la mascara de Arda, tan cerca de su rostro.
-Se-señor...- Todavía estaba mareado y sentía algo de nauseas. Extraño. -Lo hice bien?- Dijo, tomando la mano amputada que había dejado caer y se la puso en su muñeca, esperando que las venas, huesos y musculos se unieran por si solos, mientras que la carne hacia sonidos repugnantes al ligarse y la sangre dejaba de salir.
-Le gustó al publico?- En realidad solo le importaba lo que su jefe pensara. Que lo adorara.

(-u-)

-Pero faltaba más, claro que sí! Estuviste perfecto, mi Malice. Claro que la perfección se puede trabajar. Vamos, levántate, tenemos que darte un baño!- Lo de "levántate" era una formalidad, claro. El mismo Arda se encargó de llevar cargado a su alumno y de adentrarlo en su carromato, donde lo dejó sentado en una silla. Luego salió y empezó a llenar cubos de agua para bañarlo. Cuando finalmente tuvo la bañera lista, volvió a por su alumno y lo cargó hacia afuera.
-Lo que más me gusta es esa facilidad tuya de moverte por el escenario- le comentó sonriendo mientras le quitaba la ropa. El agua estaba fría pero no había de otra, y además así era mejor para limpiar más fácil.

Oh dios mio, que era eso? Arda lo estaba cargando? En sus brazos? Oh, no iba a dejar pasar la oportunidad.
Recostó su cabeza a su cuerpo, sintiendose mareado una vez más por el poder del momento.
-Estoy feliz que le haya gustado...lo que sea lo mejoraré.- No importaba que tenía que hacer.
Rápidamente llegaron al carromato de su jefe y primer amor. Arda lo dejó allí y salió una vez más, dejando a Malice perplejo. Bueno, esa era una de las cosas que amaba de Arda, esa espontaneidad.
En fin, mientras esperaba sentado con una sonrisa, quiso robarse algo más para su colección, algo que fuera más especial, algo que tuviera el olor de su amado. Pero no tuvo mucho tiempo de ver por el cuarto ya que Arda regresó de inmediato, cargandolo afuera para bañarlo, aparentemente....Esperen....Bañarlo?! Ahi?! Acaso Arda le estaba quitando la ropa?!?!?!
-Y-yo!- No sabía ni que decir, era un sueño hecho realidad, pero era bastante vergonzoso. Y no vergonzoso por que lo desnudara, sino porque vería su creciente erección. Y como no exitarse? El mismo Arda tenia sus manos por todo su cuerpo, quitandole la sucia ropa a velocidad y exponiendo su piel a sus ojos.
-N-no....- Se sonrojó fuertemente, al encontrarse completamente desnudo ante él, solamente sus manos tapando el obvio deseo que se habia formado en sus partes bajas. Y no era que le desagradara que lo viera, sino es que su plan todavia no se habia concretado! Arda todavia no se haia enamorado de él!
-E-el baño!- Trataría de cambiar el tema, tal vez su jefe no lo habia notado...

Silbando tranquilo, ignorando completamente las protestas de su pupilo, Arda lo levantó nuevamente y lo metió a la bañera. Sin delicadeza, para que de una se acostumbrara al frío. Sólo tras un rato se percató realmente de Malice.
-Oye, qué blanco estás. Y no es por falta de sol. Es por falta de comida! Tienes que comer más sano, Malice.- Arda tomó una esponja y la llenó de jabón, para luego frotar vigorosamente la piel de su pupilo.
-Cierra los ojos- le indicó, lavándole la cara. -Éste jabón es bueno, es el que yo uso... para todo. Hehe. Hay que economizar!- Por eso era que tanto Arda como su ropa olían tan parecido. Es que Dorian decía que ahora todo costaba muy caro. Sobretodo el jabón.

-Y ahora ese cabello tuyo, parece que no te hubieras bañado nunca~ Shampoo!- Y le restregó la cabeza alegremente cual si lavara un trapo. No era el más cuidadoso pero sí el más entusiasta. Le encantaba bañar a Malice. Aunque fuera la primera vez que lo hacía.